Y si un día
me tomaras la delantera
y desaparecieras para
siempre,
si se enajenara tu espíritu
y tu cuerpo fuera un fardo
pesado,
un peso muerto…
Se desplomaría la ciudad,
amarillearía el sol hasta oscurecerse,
dejarían de soplar los
vientos
y la brisa sería música
fúnebre;
se cegarían los caminos
con portillos intransitables,
amargaría el agua
y se quedarían anulados los
visados,
los fielatos y hasta la
municipalidad;
entonces, deambularía de un
lugar a otro
hasta dar con la puerta de
salida
y encontrarnos de nuevo en la luz.
Un desastre que eso ocurra. En mi caso, prefiero irme el primero. ¿Cobardía? Tal vez.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Me apunto a tu mismo listado, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Nadie elige quién se va primero. O eso creo.
ResponderEliminarTerriblemente bello.
Salud, Francisco
Anna Babra
Eso está fuera de nosotros, pero ¿quién gobierna a los deseos, Anna?
EliminarUn abrazo.
Calla.... Calla... No sabes lo que dices.
ResponderEliminarSé que no se dice, Tracy, pero sé lo que digo.
EliminarUn abrazo.
Hay que buscar la luz, la soledad es muy jodida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes mucha razón, Emilio.
EliminarUn abrazo.
La luz a veces como única esperanza...
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Amapola, la tabla de salvación.
EliminarUn abrazo.
Es mejor ignorar quién puede irse antes ya que gracias a esta ignorancia nos permite vivir con más tranquilidad y no angustiarnos....toda esa angustia ya ocurre cuando llega ese momento y te encuentras con una soledad a la que no estabas preparad pero tengo fe en esa luz y el nuevo encuentro.De todas formas hay que disfrutar de la vida mientras se pueda y cada cual según sus posibilidades y gustos.Saludos
ResponderEliminarSolemos eludir afrontar que tenemos fin como con de esa forma pudiéramos evitarlo, así es como llegamos mal preparados para ese momento de soledad extrema. Así somos.
EliminarUn abrazo.
Mis padres se fueron casi juntos y, para ellos, fue así mejor. No para mí, claro.
ResponderEliminarDice el refrán que nunca llueve a gusto de todos, pero seguramente que para ellos fue una fortuna. Piensa en los sufrimientos que se evitó el último en morir al irse bien pronto.
EliminarUn abrazo.
Vamoa a dejar de pensar, en eso...ya sabemos que tenemos que partir...la muerte no hace distinción de sexo ni de edad...¿Quién te dice que no pueda ocurrir al revés?.
ResponderEliminarParece que últimamente no estás demasiado animado...creo que eso lo ha traído tanto encerramiento.
Besos
Como quieras, Antonia, pero eso no nos libra. ¡Ánimo, no pasa nada por hablarlo y apreciarlo como algo natural!
EliminarBesos.
Hola Francisco. Siempre esperanza huyendo de la oscuridad. Nadie sabemos cuándo partiremos, tampoco podemos elegir el día o rechazar si nos ha llegado. La muerte también va al azar y toca cuando toca o sale corriendo cuando aún no es nuestro día.
ResponderEliminarAbrazos
A veces especulamos con cosas que pasarán o no en nuestra vida, pero afrontar lo inamovible y cierto nos pone los vellos de punta. Gracias, Isa, por estar siempre.
EliminarUn abrazo.