La media mañana de esta
primavera
es como un ágil amanecer que
se dilata
hacia el medio día
y emborrona las sombras con
suave brisa
que arrastra pólenes
diversos,
vida en plenitud de
crecimiento.
Una niña agita sus rizos
correteando detrás de las
palomas
y la abuela las convoca de
nuevo
con mano generosa
esparciendo migas de pan
y un intento de gorjeo
que en nada se parece a una
llamada.
De lo recóndito, aparece un
mendigo
que bebe y se lava en la
fuente
ante la indiferencia de
quienes pasan.
En su elevado pedestal,
Hércules otea
en silencio cuanto acontece
y Julio César es testigo
mudo
de las evoluciones humanas.
Algunos rezagados desayunan
y otros más madrugadores
beben su primera cerveza
con el deleite de un largo
ayuno
y prisas por escanciar
hasta los niveles del
descontrol.
En una mesa agitada de
bullicio
se discute de fútbol;
está acabando la liga
y todo está en el aire:
en las alturas no se ha
dejado de maquinar
sobre una futura Superliga
que excluya, también aquí,
a los más humildes.
Aprovechando que hace bueno, antes de que venga la calor.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Pronto habrá que hacerse ave nocturna y evitar la caló con sombras y ausencias.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Un relajado paseo. Lo mejor está en lo cotidiano de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Jorge, aunque lo cotidiano no significa idéntico.
EliminarUn abrazo.
Hoy he paseado de tu brazo por esa alameda y he leído tus letras, que como no puede ser de otra manera viniendo de tu mano, se ponen al lado de los débiles.
ResponderEliminarUn abrazo
Sólo los cojos necesitamos apoyo, por eso he imaginado que paseábamos del brazo poniéndonos al día y desempolvando viejos recuerdos.
EliminarUn abrazo, Chelo.
Voy a dar un paseo, recordando tus letras. Anoche llovió y tengo una mañana limpiecita y llena de aves. Hay que aprovecharlo.
ResponderEliminarAbrazos.
Que bello panorama el que sugiere tu comentario, Sara. Que tus mañanas sean siempre limpiecitas y cálidas.
EliminarUn abrazo.
Francisco, nos has pintado un cuadro con rasgos y matices impresionistas. Los colores del mediodía, los ruidos, movimientos y caras de las gentes,que dan vida al lugar...Me encanta tu perspectiva amplia e infinita, que incluye a los vivos y a las estatuas del tiempo. La vida emerge para ser y quedarse en tus letras, amigo. Muy bueno, me encantó.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de flores de mayo.
Es mi lugar de paseo por proximidad, por eso no hace falta ser muy observador para esta panorámica. Otro día le pondré al paseo las voces de Manolo Caracol y la Niña de los Peines, ilustres vecinos que fueron y hoy estatuas.
EliminarUn abrazo, María Jesús.
Que bien has descrito tu paseo primaveral, por la ciudad de Sevilla.
ResponderEliminarComo buen observador, has retratado muy bien los personajes que han salido a tu paso. No te has limitado a hacer el noble ejercicio de caminar y no te has conformado con mirar sino que has sabido ver todo lo que abarcaba tu vista...hay quién camina como sonámbulo y no aprecia como tú, lo que sucede a su alrededor.
Besos
Es que me fijo en tu cámara, Antonia, que narra en silencio todos los matices.
EliminarBesos.
Me gusta tu forma de describir unpaseo normal y cotidiano para la mayoría pero que si se on¡bserva bien cómo tú lo has hecho resulta de lo más agradable y hasta sorprendente.Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Charo, por tan afectuoso comentario.
EliminarUn abrazo.
Hermoso paseo amigo Francisco, cuantos detalles escapan al hombre que no sabe observar la vida..... Saludos.
ResponderEliminarEs cierto, Sandra. Te agradezco que lo destaques.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, mucha actividad de buena mañana. Nos has dado detalles de una plaza o paseo con estatuas de personajes históricos.
ResponderEliminarAbrazos
¡Cómo me gusta "alamadear" por la Alameda de Hércules.
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