María es una joven espalda
desnuda,
unos hombros de cera virgen
y unas manos como palomas en
vuelo
trasteando por el teclado,
dando vida a Chopin o a Bach
sin llegar a posarse ni detenerse.
Su vestido talar oculta sus
piernas,
pero se intuyen sus pies
salpimentando de gracias y
requiebros
los pedales del piano.
De su cabellera abundante
una cascada de notas
musicales
y de la avidez de su corazón
intrépido
el arpegio que te pellizca
el alma.
María es una guerrilla de
dedos escurridizos
deslizándose sobre negras y
blancas,
entre unidades armónicas que
se superponen
y escalas ascendentes en
progresión sin fin.
María es un verdadero
escalofrío.
La música y la mujer se funden una realidad nueva, complementaria y armoniosa: la simbiosis perfecta.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
María y o somos primos por convenio bilateral, ambas familias oriundas de Ojén y con la Espada del apellido de por medio.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Precioso poema a esa joven que realmente pone el bello de punta cuando toca el piano. Bonito reconocimiento a su trabajo. Enhorabuena a ti y a ella por regalarnos música y calmar las horas con el sonido que producen sus dedos en las teclas del piano.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias a ti, Isa, por que hablas por tus emociones, por la sensibilidad que te caracteriza.
EliminarUn abrazo.
Yo, dentro de mi incultura para hacer un poema, diría es una pianista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese es el tema, Emilio. Somos diversos y aunque los poetas suelen merodear por las perífrasis, finalmente todo se entiende.
EliminarUn abrazo.
La música es arte humano. La mujer es arte de la naturaleza. Poéticamente conjugados dan lugar al poema perfecto.
ResponderEliminar.
Abrazo virtual
.
Pensamientos poéticos y ensueños
.
Sin duda alguna, Rykardo. Una bella conjunción.
EliminarAbraço.
Cuando vemos el desarrollo de este otro tipo de seres humanos, recuperamos la confianza.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
¡Claro que sí, Sara, hay muy malos ejemplos, pero también los hay maravillosos!
EliminarUn fuerte abrazo.
Magnífica interpretación, soy nula para la música y siempre he "envidiado" a estas personas que tocan el piano o el violín ( mis instrumentos favoritos) de forma tan magistral algo que para mí es complicadísimo.Tengo una prima pianista y profesora de piano y me dice que se requiere mucha dedicación aparte de tener un buen oído y una clara aptitud musical.Saludos
ResponderEliminarPara la música, como para cualquiera de las artes hace falta actitus y trabajo, trabajo, trabajo...
EliminarUn abrazo, Charo.
María es afortunada, por tener ese don de la música. Adoro Chopin y cuando estuve en Mallorca, no me vine sin visitar la Cartuja de Valldemossa, en donde estuve viviendo un tiiempo ese compositor.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Antonia por tu recuerdo de Valldemosa y esos viajes a Mallorca ya un poco lejanos en el tiempo.
EliminarBesos.
Qué bonito el homenaje que le haces a la pianista y perfecto el último verso recorriendo el cuerpo..
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Gran mujer y pianista..... Lindo Homenaje. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Francisco, has captado en el arte de María el "milagro divino de la vida" de ahí ese escalofrío, que nos llega a todos, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable.
Hoy me enamoraste con este poema; qué dedicatoria tan bella...
ResponderEliminarY la música... de ensueño, nada menos que el "Revolucionario"!.
Paso a dejarte un abrazo, que seas feliz cada día :)