El tiempo nos ha ayudado
a ser recipiente el uno del
otro,
a recibir los gozos y las
sombras
como propias,
a ser números
complementarios
que suman,
a ser pañuelo y ser lágrima
según sonara la música del
momento.
No nos hemos diluido
el uno en el otro en el
matrimonio,
sino que somos sumandos
de un firme resultado
para la meta perseguida.
En este tiempo de las
mermas,
cuando el panorama
es ver cómo el sol se hace
rayano
en el horizonte y amarillea,
hasta se siente el repelús
de la estación término.
La vida es una lámpara de
aceite
que tintinea,
una luz tan cierta como
escasa
que nos sigue orientando
hacia la sonrisa o las
necesidades del otro.
Un día nos entrará a alguno
de los dos
un sueño irresistible
que helará la sonrisa del
otro.
Si mis ojos son los primeros
en cerrarse,
no dudes que
he atesorado antes tu imagen
en mi pupila
para que presidas también
mi sueño interminable
y gozaré de esa otra
dimensión
hasta volver a encontrarnos.
Me gustaría pensar que hay algo después, pero...
ResponderEliminarUn abrazo.
No espere la certeza en ese después quien lo cree o quien no. La fe es precisamente eso: creer lo indemostrable.
EliminarUn abrazo.
En "Asignatura pendiente", de José Luis Garci, José Sacristán y su amigo, pasean de noche hablando de la vida y la muerte y uno de los dos dice: ¿Y si resulta que después hay algo? Y se hace el silencio...
EliminarLa eterna pregunta generación tras generación, con una respuesta que no a todos satisface porque hay que cruzar la Estigia para comprobarlos. Efectivamente, se hace prudente el silencio.
EliminarRrcorrer el mismo camino juntos, compartir penas y alegrías, saber estar cuando se nos necesita... Eso es amor, Lope, quien lo probó lo sabe.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano. No sé si leer una errata o que me asemejas al "Fénix de los ingenios", lo cual es una hipérbole absoluta. En todo caso, te o agradezco de corazón.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, muy bonito el poema. Seguro que aun tienen muchos años para estar juntos y seguirán recibiendo los gozos y sombras como propios.
ResponderEliminarAbrazos
Nada hay seguro, Isa, pero trataré de seguir con el mismo empeño.
EliminarUn abrazo.
"Y no nos hemos diluido el uno en el otro..."
ResponderEliminar"...es ver cómo el sol se hace rayano
en el horizonte y amarillea,
hasta se siente el repelús
de la estación término."
Orteguiano me parece.
Poema de amor de estilo propio, muy tuyo.
Salud, Francisco.
Me sobrecoge que me cites, que subrayes mis palabras, Anna. Eres mu amable conmigo.
EliminarUn abrazo.
Un beso.
ResponderEliminarAlado y azul, como una libélula. Gracias.
EliminarUn beso.
Hermoso poema a ese amor con el que convives durante años y en el que me he sentido identificada junto a mi marido....y él cerró antes los ojos para mi penar aunque mi fe me dice que nos econtraremos algún día.Saludos
ResponderEliminarNo pierdas la fe, Charo, seguro que se producirá ese encuentro.
EliminarUn abrazo.
Un precioso testamento lleno de amor, complicidad que a través de los años ha ido creciendo haciendo más fuerte vuestra unión. Envejecer es un privilegio y una realidad que no se puede eludir.
ResponderEliminarMejor si el amor perdura hasta la edad de la vejez, fortalecido.
Un fuerte abrazo Francisco
Muchas gracias, Sneyder. Estoy de acuerdo que es un privilegio envejecer.
EliminarUn fuerte abrazo.
La esperanza que tenmos, es que la otra vida sea mejor....se acabó el sufrimiento y el pasar frío o calor.
ResponderEliminarBesos
Algo tenemos por muy cierto, Antonia: se acabaron las penalidades físicas.
EliminarBesos.
Hermosas metáforas para esa síntesis del matrimonio, de la vida y de la eternidad...Y lo hiciste fácil, porque en este tiempo de vida habéis creado un sentimiento sin tiempo, sencillamente eterno.
ResponderEliminarMi abrazo admirado por tu maestría, amigo.
"Un sentimiento sin tiempo" a lo largo del tiempo. Tenemos muchísimo que agradecer a la vida, María Jesús, entre otras permanecer y poder contarlo, a pesar de las sombras.
EliminarUn fuerte abrazo, María Jesús.
Testamento de amor. Amor que va mas allá de esta vida, amor eterno. Precioso poema, me encanto. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra. Solo el amor nos puede hacer inmortales.
EliminarUn abrazo.