En ocasiones,
el lujo más preciado es el
silencio,
el éxtasis de mirar y ver,
de vislumbrar y hacerse uno
con el bien contemplado,
por cotidiano que este sea.
Más de un año de pandemia
y del cambio opcional e
impuesto,
de un alejamiento de las
masas
que nos han traído a este
estado
de mirada reflexiva y de
análisis,
de paréntesis social
en el que fortalecer los
vínculos domésticos
y los intrínsecamente
individuales.
Un incomprensible diálogo de
sordos
entre quienes tendrían que
velar
por el bien común y no dejan
de pensar
en las próximas urnas,
ha franqueado todos los
portillos
y la gente ha salido en
manadas
para derrochar la libertad
en el sopor del alcohol.
Seguimos viviendo de
espaldas
a la realidad,
sin analizar los fracasos
para tratar de encontrar
la rampa de lanzamiento al
futuro.
Sin el gozo de un preciado
silencio
que nos conduzca
a la lucidez de enderezar el
camino
y a modificar conductas,
estaremos fomentando la
creación
de nuevas ponzoñas
contagiosas
que nos sacarán de las
estadísticas
por la puerta falsa, como
tantos ya han desfilado
en soledad hacia lo eterno.
En ocasiones,
el lujo más preciado es el
silencio,
pero añoramos demasiado el
ruido ensordecedor…
Cada vez me confirmo más en la creencia de que nuestra sociedad, además de decadente, analfabeta y zafia, carente de valores y de perspectivas de futuro, es un proyecto fallido. Si nos están viendo los extraterrestres, se tienen que partir de risa: no hace falta invadirnos para quedarse con el planeta. Yo nos bastamos nosotros solos para destruirnos.
ResponderEliminarMejor no pensarlo demasiado para no amargarnos la vida.
Un abrazo, Paco.
Es muy decepcionante, Cayetano.
EliminarUn fuerte abrazo.
Nunca me ha gustado el ruido y menos si es ensordecedor, lo que no entiendo es el ruido ensordecedor alegando una libertad de unos ciudadanos más o menos jóvenes que no han sabido lo que es pelear por ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y todavía menos que el ruido el riesgo de enfermar o contagiar gravemente a otros. Estamos locos, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Francisco, qué pena. Estos es un desfase total de energúmenos que no han entendido que libertad no es lo mismo que juega y borrachera. En fin que más adelante vendrá la quinta ola y no se han enterado que será a ellos a quienes le va a toca. Que poca sesera y responsabilidad, queda si es que el alcohol lo abrasa todo.
ResponderEliminarAbrazos
No es comprensible, Isa, pero alguien le ha traducido bien reciente que libertad y hacer lo que quieran y tomar cervecitas con los amigos. Vivimos un disparate incomprensible.
EliminarUn abrazo.
Muy triste lo que hoy escribes por la realidad que conlleva....cuanta irresponsabilidad existe, cuantas nuevas víctimas van a contagiarse debido a tanta imprudencia. Me apena ver la insolidaridad que existe. El "silencio" en estos tiempos es valiosísimo pues de él dependen muchas vidas.Saludos
ResponderEliminarEsa misma pena de insolidaridad es la que me ha empujado a escribir esto, Charo.
EliminarUn abrazo.
Era fácil de predecir...se dá un poco de libertad y acaba en libertinaje.
ResponderEliminarBesos
Tristemente es así, Antonia. Muchos necesitamos un guardia detrás todo el tiempo.
EliminarBesos.
si lo ví por tv, y al otro lado del charco, no lo podía creer...
ResponderEliminaresto no va a parar, y que en mi zona ni distancia mucho la actitud...
es triste
abrazos
El espectáculo no ha podido ser más negativo ni menos ejemplarizante.
EliminarUn abrazo.
Qué bien lo dices!!!!
ResponderEliminarY respecto al silencio, yo suelo decir que el silencio también es música y en este caso es salud.
Besitos.
Y reflexión, Tracy, que también andamos escasos.
EliminarBesos.
Francisco, el silencio nos enseña a encontrar el equilibrio y la paz interior...Pero cuando el silencio incomoda y asusta, la gente se pierde entre la algarabía para hacer suyos los gritos...Esperemos que no traiga consecuencias y recapaciten, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Ojalá sea como dices y no traiga consecuencias. Son ya demasiadas las muertes contabilizadas como si se tratara de números.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hay tanta irresponsabilidad en el mundo amigo Francisco que no se acabara..... Que triste. Saludos.
ResponderEliminarSerá por mi edad, pero me cuesta mucho entenderlo, Sandra.
EliminarUn abrazo.
No hay nada más desolador que la falta de perspectiva de futuro de gente joven.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.