Nubes por occidente:
anchas, ambiciosas, en
expansión;
aborregadas, ensortijadas,
con perfiles blancos y
grises
que no se jactan en
turbulencias.
Flotan suspendidas de la
nada,
como alas de libélulas en
reposo.
No amenazan hasta el pánico;
ofrecen sombras generosas
como la grandeza de la
gratuidad.
Pero os huesos artríticos
─tan quejosos ellos─
se retuercen en silencio
y se estremecen ante tanta
arrogancia.
Anuncio de una lluvia que
tan vez
no llegue a regar los campos
y las calles,
pero que hace memoria
de hordas y tropeles
vividos.
Viene. Se acerca. Inquieta.
Todo lo hace en silencio,
con su toque de misterio.
Tal vez, calladamente,
se haya disipado al alba
porque tan solo era un
ensayo,
una sutil amenaza.
"Todo lo hace en silencio,
ResponderEliminarcon su toque de misterio".
Has retratado esas nubes con tu preciso y original realismo.
Soy pobre en palabras, pero eso no desdice mi asombro ante este poema.
APLAUSOS!!!
Y un abrazo afectuoso, compañero!