Se apagarán todas
las luces
y reinarán las
sombras,
se diluirán las
estrellas en medio del cosmos
y regresará el
caos.
Desaparecerá mi
silueta
recortada sobre el
puente,
como arrastrada por
la corriente
sinuosa y silente.
Se borrarán mis
huellas
de todos los libros
hojeados,
tan solo quedará un
tacto frío
de mercado de
segunda mano.
Llegará el vacío a
todos los espejos
y en los
portarretratos
quedará una mancha
indefinible del pasado.
Se borrarán las
pisadas de todos los caminos
y se desvanecerá el
aroma de mi piel en tu piel.
Se abatirán los
montes sobre valles y collados;
tu tierra será un
erial infértil
cuando yo me
encamine hacia la eternidad;
pero no dejes que
nada de esto te abata.
Recuerda, amor, que
sigues en curso legal
y tendrás que
asistir puntualmente
a cada amanecer con
una sonrisa,
con esperanza y
eterna gratitud
por el inmenso
regalo de la vida.
De vez en cuando es saludable poner distancia con la propia vida en un ejercicio poético muy al gusto juanramoniano.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Te agradezco mucho ese reflejo a Juan Ramón que has visto en mí en más de una ocasión, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Realmente si sabemos que nacemos para morir nos iremos tranquilos. Otra cosa son las personas que quedan aquí que quedarán tristes. Yo pienso que en una pareja ya viejecita, lo bueno sería que se fueran los dos juntos y sin sufrimiento ninguno. Agarrados de la mano el uno del otro y con la satisfacción de haber sido todo lo felices que la vida les ha dejado.
ResponderEliminarMuy bonitos los versos.
Abrazos
No digo que impasibles, pero en nuestras manos está ver la muerte como algo natural y consecuencia de la vida o pasarlo muy mal ante lo que es inevitable.
EliminarUn abrazo.
Triste y real poema nos dejas hoy....es lo que yo estoy viviendo ahora.Saludos
ResponderEliminarLas risas y las penas son partes de la vida, Charo.
EliminarUn abrazo.
Por el título esperaba algo más prosaico; celebro haberme equivocado.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchísimas gracias por esa afirmación. Gracias, gracias.
EliminarUn abrazo.
Pacoooo, que preciosidad de poema , pero que tristeza me ha entrado al leerlo .
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Chelo. De vez en cuando debemos palpar la realidad y ésta no es siempre de fiesta.
EliminarUn abrazo.
No deja de entristecernos mucho nuestro destino, por mucho que trabajemos sobre el desapego. No queremos dwsprendernos de los seres que amamos.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Pero si vamos analizando lo que pasa realmente, lo inevitable que es el final de la vida, seguramente lleguemos a estar más preparados para esa separación.
EliminarUn gran abrazo.
un poema bellísimo Francisco en esa entrega natural a la muerte , destino final de todos , y en ese hermoso testamento para los seres amados. Ojala todos pudiésemos llegar a ver en las despedidas a lo largo de nuestras vidas la naturalidad de ese rumbo sin caer en la angustia y desesperación frente a la perdida. Que tenga una excelente semana!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Eli. Eso que explicas es el objetivo de este poema.
EliminarUn abrazo.
Es un nuevo camino, que tarde o temprano tendremos que emprender.
ResponderEliminarEs el final de una vida y el comienzo de otra, en el que ya no hay sufrimiento y alcanzaremos una Felicidad Nueva, allí nos estarán esperando amigos y familiares que llegaron allí mucho antes que nosotros.
Besos
Lo esperanzador es ese final de todo sufrimiento, Antonia.
EliminarBesos.
Maravilloso...
ResponderEliminarA cada verso, un temblor, que iba creciendo y creciendo... hasta llegar al final, reconfortante y además gracioso (por lo del curso legal yla puntualidad, ja, ja...)
¡Enhorabuena! Es un poema buenísimo donde no sobra ni un verso...
Un abrazo
Maravillosa tú y maravillosa la generosidad para conmigo. Gracias, gracias y mil gracias.
EliminarUn abrazo.
Francisco, impresionante el temple que has tenido al ir enumerando paso a paso ese "fin del mundo" que supone perder a un ser querido. Cielos y tierra se han ido cerrando in crescendo. Pero al llegar al final, nos provocaste una sonrisa. Con gracia e ironía recuerdas que, hay que seguir cumpliendo con la vida, porque es un auténtico regalo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por este poema digno de colgar y no olvidar.
Cada uno de tus comentarios es un abrazo cálido en sí mismo. Muchísimas gracias por tu mirada.
EliminarUn fuerte abrazo.
Todos tenemos que partir un día. Hermoso y sentido poema amigo Francisco. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración, Sandra.
EliminarUn abrazo.
ha desaparecido mi comentario, te decía que tengas cuidado con lo que pides que eso es difícil de cumplir, te lo digo por experiencia.
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