Mañana de titubeos,
de amanecer lento,
de un sol timorato
que no encuentra el
camino,
tan solo un tope
blancor plata:
la niebla descarta
las miradas
y se hace fuerte en
la atalaya del oído
poblando de celadas
los caminos.
Todo es romo,
lento, sin perfiles,
pero siguen activas
las encrucijadas
como esperando el
error
y es el miedo el
que se multiplica
e imprime marchamo
de tragedia
allí donde la vida
debiera ser fiesta.
En el río, se
marida con la corriente
y se hace corpus
indisoluble y amorfo,
una mole, un
presagio de hecatombe
que acabará por
diluirse
cuando el sol
navegue por el cénit.
No me gusta la niebla, solo cuando se disipa y el sol se impone sobre ella.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
La niebla tiene un mucho de misterio, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Por aquí decimos, "niebla bajera, buen día espera?.
ResponderEliminarUn abrazo.
...y también: "Mañanita de niebla, tarde de paseo." Gracias, Emilio.
EliminarUn abrazo.
No siempre, pero en ocasiones la niebla muestra escenas idílicas.
ResponderEliminarQué bien sabes describir y hacer sentir imágenes en la mente sin verlas.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Jorge, por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Muy buena la foto. La niebla me da algo de miedo cuando me rodea, pero esta me parece muy bella. El poema rima, tiene sonoridad y es bello.
ResponderEliminarEsta tarde brillará mucho y bien el sol por el lugar.
Abrazos
A veces no induce a ver figuras grotescas, así que no me extraña que te de algo de miedo, Isa.
EliminarUn abrazo.
Magnífica descripción realista, detallista y cercana de esa niebla,que ocupa caminos y nos envuelve en encrucijadas, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación por tus buenas y acertadas letras.
Mi abrazo y feliz fin de semana.
Muchas gracias, María Jesús, por tu generosidad para conmigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Describes de modo genial la opresora sensación de la niebla: "hecatombe, mole, tragedia...".
ResponderEliminar"Todo es romo, lento, sin perfiles..." Exactamente como me hubiera gustado decirlo. Porque así se siente la niebla cuando nos envuelve. Tienes el Don de la palabra justa y evocadora.
Te agradezco mucho el comentario, pero eres muy humilde... Te sobra sensibilidad y talla.
Me alegra mucho que hayamos coincidido en este hermoso tema aportando cada cúal diversos matices :)
Un abrazo de nieblas luminosas
Que yo te admire no tiene por qué ser recíproco, Maite. Gracias, mil gracias.
EliminarUn abrazo nítido.
En las fotografías queda muy bien la niebla, crea una atmósofera de misterio y da la sensación de encontrarte en un mundo encantado, cuando te pones a contemplar sus fotografías.
ResponderEliminarLiterariamente se presta a buenas lecturas, como la que acabas de hacer.
Besos
Sin dudas es lo que hace atractiva a esa falta de visión, la atmósfera de misterio que puede convertirse en un azote o en alas para imaginar.
EliminarBesos.
La foto es preciosa pero vivir la niebla "in situ" no es nada de agradable y por aquí cuando aparece y no se ve un palmo de cerca me produce cierta tristeza y no me apetece nada salir a la calle.Saludos
ResponderEliminarTe comprendo, Charo, pero no hay nada que temer cuando estamos en el paisaje habitual que tan bien conocemos.
EliminarUn abrazo.
Podías haber participado en los Jueves.
ResponderEliminarPrecioso
Sí, he visto que hemos coincidido en el tema, pero los Jueves es un club selecto y yo soy más de diario.
EliminarUn abrazo.
Me imagino que estás de broma, porqe eso que dices.. ¿Tú, de diario?
EliminarAnda... anda...
A mi me gusta la niebla, y tu poema es muy lindo. Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarY a mí me gusta las cositas que me dices, Sandra. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Un velo de misterio que indica también prudencia al humano, rallentizar el paso, el barco, el tren de la vida y luego emerger en la luz. Gracias hermoso poema. Beso
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