En el fondo de mi ser,
en el anonimato recóndito,
sin aspavientos ni alardes,
quedamente.
Bombeando en todo instante
─día y noche, festivo o
laborable─
sin tomarte un respiro
y sin protestas, calladamente,
sin alarmas ni sobresaltos;
así cuando duermo,
como cuando velo,
cuando camino o cuando
reposo;
cuando oigo música
y me olvido de la tuya
o cuando guardo silencio,
te presto oído y me acompaso
a ti.
Infatigablemente,
como coraza inexpugnable
paso a paso, latido a
latido,
amado mío.
Hola Francisco. Buen y merecido poema. No nos damos cuenta de la importancia de nuestro corazón y el gran trabajo que realiza para que nosotros estemos bien. El día que todos los corazones decidan hacer huelga, veremos a ver quien es el guapo o guapa que se queja.
ResponderEliminarEl corazón es la maquinaria, el reloj de nuestro cuerpo.
Abrazos
Y los sobresaltos que se lleva cada día al escuchar las noticias. No me explico cómo aguanta, Isa.
EliminarUn abrazo.
Inseparable compañero que nos marca la vida con su tictac.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Un compañero al que no le hacemos mucho caso hasta que saca sus cartas reivindicativas.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
El amor es intangible y constante. Aunque el amado no esté físicamente se mantiene su esencia en el aire, el corazón y el pensamiento.
ResponderEliminarSaludos
Bonita e inteligente reflexión, Carmen. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Mientras el corazón resista, hay mucha vida por vivir. Él se sobrepone a las heridas de amor y a los sobresaltos que tiene la vida y que no podemos evitar.
ResponderEliminarBesos
Por regla general, Antonia, no prestamos atención a lo que funciona aunque ni sepamos cómo. Esto quisiera ser un canto a ese organismo que nos sustenta.
EliminarBesos.
Amigo vital que tiene muy merecidos estos versos :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Sara, por compartir conmigo esa idea.
EliminarUn abrazo.
Un corazón sano es un maravilloso regalo y escuchar esa "música" que emite a nuestro ritmo es un regalo maravilloso que nos brinda la vida.Es una pena que a veces nos damos cuenta de este regalo cuando lo hemos perdido y ese "tic tac" ya no suena tan alegre cómo antes.Saludos
ResponderEliminarCasi siempre nos pasa así, Charo, que no valoramos lo que tenemos y sí las carencias o dificultades.
EliminarUn abrazo.
¡¡Ay ese corazón, qué bien nos conoce, Francisco!! Se duerme acompasado con nuestra paz y rebota asustado con lo que nos inquieta. Siempre fiel y servicial. Tratémoslo bien, se lo merece y nos lo merecemos juntos, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo dorado.
Con demasiada frecuencia no lo tratamos nada bien, pero no es el único órgano al que maltratamos o simplemente no le damos el honor que merece. Gracias, María Jesús, muchas gracias.
EliminarUn abrazo encendido.
Bello latir constante. Que siga siempre asi. Saludos amigo.
ResponderEliminarQue así sea por siempre, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Preciosísimo. No podía ser más bonita una oda al corazón propio.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Pues como dije en el posterior, porque este es el anterior, tus poemas no dejan sitios, cosas, sentimientos, elementos y todo lo que ves o sientes sin una poesía ocurrente, inteligente, no sé qué más decir... Genial. Besos
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