14 octubre 2020

A ESPADAS



El primer arma fue una quijada de asno,

con la que Caín le atizó, como un burro,

a su hermano Abel;

luego aprendió el hombre

a tallar el sílex y de tal dureza y filo

nacieron hachas, lanzas, arpones,

arcos y afiladas formas de matar.

 

Todavía tenía que aparecer el acero

y la humanidad se ensangrentó

en rudas e intestinas batallas,

y de tales tinturas se impregnaron

los nombres de algunas espadas

y hasta pasaron al canon de la historia:

Tizona, Excalibur, Lobera…

 

Con nombre o bajo anonimato,

la saña del hombre contra el hombre,

cada día con mayor sofisticación.

 

De aquellas fundiciones, de aquellos temples,

y de la desinencia acerada de tanta violencia,

el nombre bélico familiar que acarreo,

a pesar de ser Espada que ni pincha ni corta.

 

 

 

16 comentarios:

  1. La humanidad siempre ha usado la tecnología punta del momento para hacer el mayor daño posible a sus semejantes.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Llevamos en nuestros genes la acometividad contra el otro. No son las armas, somos las personas las nocivas.
      Un abrazo.

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  2. Aquellas armas tenían humanidad, si es que se puede llamar eso a un arma, pero para matarse había que mirar a la cara, hoy no, un disparo a varios kilómetros y muertos por todas partes.

    Un abrazo.

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    1. Para ser más precisos, Emilio, lo único humano de las armas son las manos que las manejan, cada día más perversas.
      Un abrazo.

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  3. Qué pena que los humanos siempre tengamos que estar en guerra unos contra otros, aunque ahora nos ponga en jake un minúsculo virus, en fin... cuídate mucho.

    Abrazote utópico.-

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    1. Gracias por tus palabras, Irma, por tu preocupación por mí. Cuídate también tú lo mejor posible.
      Un abrazo.

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  4. Conforme avanzan los tiempos las armas han sido cada vez más sofisticadas.

    Lo último de ahora, es que las guerras del futuro serán a base de armas químicas.

    No nos damos cuenta que lo único qu conduce las guerras es a la destrucción del planeta.

    Besos

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    1. Lo mejor del futuro es que no estaré para horrorizarme, pero basta ver focos del presente para que a uno le salga un sarpullido.
      Besos.

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  5. Mi padre tenía un sable que se lo tenía que poner cuando vestía el uniforme de gala. Lo heredé y lo tengo puesto en una pared con su funda pero imposible cortar nada con él ya que no está nada de afilada.Muy bueno tu escrito.Saludos

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    1. Yo lo llevo en el apellido, pero como si estuviera en una panoplia pegado a la pared, como el de tu padre.
      Un abrazo.

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  6. Al final me has hecho reír, con eso de que ni pincha ni corta.

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    1. Tanta tragedia buscaba una evasión, Tracy, y tuve que dársela.
      Un abrazo.

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  7. Creo que las guerras nunca terminaran, ya no serán a espadas sino con armas mas sofisticadas. Lindo poema amigo Francisco, saludos

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    1. En tanto las personas no cambiemos nuestro corazón, será como dices, Sandra.
      Un abrazo.

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  8. Hola Francisco. Como tú bien dices, ahora la espada ni pincha ni corta. Ahora hay otras armas que no se ven, pero que matan de narices.
    Abrazos

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    1. Al menos yo, Isa, que apenas soy nada. ¿Te imaginas si en lugar de invertir en armamentos para acabar con la humanidad varias veces lo invirtieran en que viviéramos mejor?
      Un abrazo.

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