18 noviembre 2018

RIBERAS DEL NILO





Allá donde el Nilo Blanco se integra y ensambla
con el Nilo Azul, y ya una sola agua
busca el camino hacia Egipto
con mansedumbre y grandeza,
en este enclave, Jartum,
una ciudad derramada de las manos de Dios
con generosa juventud y algarabía en sus calles
y la huella reciente de la metralla fratricida
más abultada de todo el continente.
En sus cafés, la parsimonia de un pueblo
que engarza su jovialidad
a la ancestral genética
de sus muchas y variadas etnias.
Como techo de la urbe y visibles por su esbeltez,
las dos agujas minaretes que se autoproclaman
punto de referencia;
cercano a la orilla, la catedral de san Mateo
con su peculiar estética neo románica
que hilvana sus pocos años a la tradición misionera.
En sus calles, escaparates y negocios
frutos del innegable auge económico,
y el brillo inequívoco del combustible fósil,
tan difícil de disimular.
Jartum, un despertar a occidente
desde el éxtasis del pasado.

6 comentarios:

  1. En las últimas décadas vuelven a ser noticia -por muy diferentes razones- antiguos territorios que ya lo fueron en los albores de la civilización.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Las fronteras, como la pleamar, cambian de estado con el paso del tiempo, Cayetano.

      Un abrazo

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  2. Haces poesia de todo y a todo y además son buenas . Te he dicho alguna vez que te admiro.?
    Vuelvo a mi blog a mi pequeño rinconcito de donde nunca debí salir.
    Feliz domingo . Un abrazo

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    1. Gracias, Chelo, por este subidón que me traes con tu presencia y tus palabras.

      Un fuerte abrazo.

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  3. Con cuanta belleza, libre de perifollos, describes el lugar.
    Un poema precioso.
    Feliz semana; Francisco.

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    1. Muchas gracias, Pilar, por si no te quedó claro, nunca estuve allí, pero me gusta viajar a mi aire, sin maletas y con la imaginación. Te agradezco mucho tu valoración.

      Un abrazo.

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