Fotografía de Isidoro Jara |
Un patio cuadrangular
y en cada esquina un
naranjo,
y el más frondoso y singular
dando la campanada central y
rodeado
por un banco de piedra
circular
y equidistante, como
vocación frustrada;
envolviéndolo todo, un claustro
con losas de pasos perdidos
en semilibertad
que el pensamiento en fuga
no supo contabilizar.
Espacio abierto de un
encierro elegido,
tiempo de escape, con los
días tan numerosos
como guijarros en el solado.
Alcántara.
¿Qué secretos guardas? ¿Qué
promesas?
Medio punto achatado en los
ventanales
por la presión de los días,
como guiñando
al paso de meditabundos en
recogimiento;
bóveda de ladrillos
ensamblados
como se engarzan las
tentaciones
y vanos sin aristas ni
silicios angustiosos.
En el ambiente, el rigor
benedictino
y las reglas por norte y
guía
de monástico vivir.
Vida retirada, sobria y recogida. Los claustros siempre tienen un sabor a tiempo detenido, a piedra dormida, a silencio compartido, mientras los pájaros trinan inevitablemente en las ramas del árbol y el sol se cuela entre las ramas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
¡Oh, Maestro, esto es más bello que el mismo poema! Gracias por tan bello epílogo.
EliminarUn abrazo.
Intento que mi respuesta se acerque a la altura de tu poema y que no chirríe demasiado. Tú eres un poeta. otros tan solo somos degustadores y sabemos reconocer donde hay madera.
EliminarOtro abrazo, que son gratis.
Hay momentos en los que el silencio es lo más adecuado.
EliminarUn fuerte abrazo.
Será porque uno no es un poeta por lo que no podría vivir enclaustrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo tampoco, Emilio. Y tampoco anacoreta en medio de la naturaleza. Creo que hace falta un temple especial para ello.
EliminarUn abrazo.
La vida monástica tiene que ser muy tranquila y relajada llena de paz y silencio.Saludos
ResponderEliminarQuien logra poner los cinco sentidos en lo trascendente, el silencio es su medio natural. No hay soledad ni vacío porque la divinidad lo ocupa todo. Creo que es una suerte poder llegar a ese estado de gracia.
EliminarUn abrazo.