28 noviembre 2018

DE MONÁSTICO VIVIR

Fotografía de Isidoro Jara



Un patio cuadrangular
y en cada esquina un naranjo,
y el más frondoso y singular
dando la campanada central y rodeado
por un banco de piedra circular
y equidistante, como vocación frustrada;
envolviéndolo todo, un claustro
con losas de pasos perdidos en semilibertad
que el pensamiento en fuga
no supo contabilizar.

Espacio abierto de un encierro elegido,
tiempo de escape, con los días tan numerosos
como guijarros en el solado. Alcántara.
¿Qué secretos guardas? ¿Qué promesas?
Medio punto achatado en los ventanales
por la presión de los días, como guiñando
al paso de meditabundos en recogimiento;
bóveda de ladrillos ensamblados
como se engarzan las tentaciones
y vanos sin aristas ni silicios angustiosos.

En el ambiente, el rigor benedictino
y las reglas por norte y guía
de monástico vivir.

8 comentarios:

  1. Vida retirada, sobria y recogida. Los claustros siempre tienen un sabor a tiempo detenido, a piedra dormida, a silencio compartido, mientras los pájaros trinan inevitablemente en las ramas del árbol y el sol se cuela entre las ramas.
    Un abrazo, Paco.

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    1. ¡Oh, Maestro, esto es más bello que el mismo poema! Gracias por tan bello epílogo.

      Un abrazo.

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    2. Intento que mi respuesta se acerque a la altura de tu poema y que no chirríe demasiado. Tú eres un poeta. otros tan solo somos degustadores y sabemos reconocer donde hay madera.
      Otro abrazo, que son gratis.

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    3. Hay momentos en los que el silencio es lo más adecuado.

      Un fuerte abrazo.

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  2. Será porque uno no es un poeta por lo que no podría vivir enclaustrado.

    Un abrazo.

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    1. Yo tampoco, Emilio. Y tampoco anacoreta en medio de la naturaleza. Creo que hace falta un temple especial para ello.

      Un abrazo.

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  3. La vida monástica tiene que ser muy tranquila y relajada llena de paz y silencio.Saludos

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    1. Quien logra poner los cinco sentidos en lo trascendente, el silencio es su medio natural. No hay soledad ni vacío porque la divinidad lo ocupa todo. Creo que es una suerte poder llegar a ese estado de gracia.

      Un abrazo.

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