La sequía convirtió las ramblas en paseos otoñales,
con el regusto del sol esquivo
abrigando las destemplanzas de la intemperie.
Fue entonces cuando levantaron
muros, tabiques y techumbres
y sobre éstos albergues, refugios
permanentes donde poder solazarse.
Fue entonces cuando acuñaron la descendencia
y se convirtió lo yermo en morada
con cédula de habitabilidad;
pronto corrieron por el entorno
gran número de chiquillos, pero no habían escuelas.
En el trasfondo de la algarabía,
tras un largo vano de tiempo,
aparecieron las lluvias cual sorpresa insospechada
y resultó que el agua guardaba celosa memoria
y en ella el festín retozón de la cascada
envueltas en risotadas y estruendos,
devolviendo al entorno lo inhóspito de siempre.
Fue entonces cuando se sumaron las lágrimas
a la correntía desbordada
y el festín hizo mudanza de enseres y de algunas vidas
hacia el hábitat de lo eterno.
Fue entonces cuando los mayores recordaron
que las aguas siempre vuelven portando sus escrituras.
Me hiciste recordar el lecho seco del río por tantos años y una noche cualquiera, reclamó su cause.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco, bello poema
Yo imagino a esa "Mujer Virtual", luciendo palmito por el cauce seco y alarmada después por el desbordamiento; en todo caso, lo que quiero destacar no es tanto su figura como su ser presente en este humilde rincón, cosa que tanto agradezco.
EliminarUn abrazo.
El agua tiene memoria. No la podemos engañar.
ResponderEliminarLa especulación no mira a largo plazo ni las consecuencias de su avaricia.
Un abrazo, Paco.
El intríngulis de todo ello es verdaderamente la avaricia, como muy bien dices, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Dice Cayetano que el agua tiene memoria, es cierto, pero como dice la cancion, ME OLVIDE QUE TE OLDIDE
ResponderEliminarTú dices, fue entonces, y yo digo, ahora es cuando
un abrazo
Y ahora digo, María Jesús, no sabemos cuándo será el momento, pero seguro que antes o después se acuerda el agua por dónde encontrar la salida.
EliminarUn abrazo.
Muy cierto que el agua tiene memoria y cuando ella quiere se da el capricho de regresar por donde ya nadie la esperaba y se "regocija" causando destrozos por donde pasa.El agua es muy necesaria para nuestra vida pero hay que tratarla con mucho respeto pues puede llegar a ser muy mortífera.Saludos
ResponderEliminarEn especial, Charo, cuando se le ciega su camino natural en tiempo de sequía. En los últimos tiempos le hemos perdido el respeto construyendo en sus cauces secos como si nunca más fueran a llevar agua.
EliminarUn abrazo.
A la naturaleza no se le puede engañar, pero la humanidad está tan engreída que se cree más poderosa. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy acertado tu comentario, Manuela. Muchísimas gracias por dejar aquí tu huella.
EliminarUn abrazo.