Pregunté a los caminos
y no me respondieron,
pero allí persistía tu aroma indeleble.
Entonces busqué tus huellas
y no recibí la ayuda del sabueso
que me llevara a ti.
Pregunté a los viandantes
y todos te negaban,
aunque alguna sonrisa socarrona
me dejó instalado en la sospecha
y una buena dosis de amargura.
Pregunté. Pregunté incesantemente
y sigo haciéndolo sin abatirme,
con la esperanza de volver
a tomarte de la mano
Quien busca halla...Francisco...A veces, también, buscamos lejos lo que tenemos cerca. Un poema que puede tener varias interpretaciones humanas y divinas, es cierto.
ResponderEliminarMi abrazo, compañero de letras.
Me gusta que los textos no sean unívocos, así que hay que seguir buscando cada día.
EliminarUn abrazo.