Entre la tarde de tonos pálidos
y la noche con rumores de alerta,
la mirada inocente que se enturbia
y hasta se solivianta por casi todo.
La inocencia es dócil al engaño,
pero también tiene los brazos apaisados
para recibir estrechamente todas las novedades,
capaz de hacerse un chal o un tocado
y convertir en festiva cualquier ocasión.
La inocencia, mientras se mantiene
en su talla, todavía no adulta,
cierto que ocasiona algunas sorpresas,
pero muy especialmente, regalos ostentosos.
cuidar esa inocencia, cada edad a cada tiempo...
ResponderEliminarsaludos
La vida es un camino con sus cuestas y sus trancos, con sus bajadas y hasta sus caídas. Hace falta un poco de todo para curtirse.
EliminarUn abrazo.
La inocencia tiene dos caras y, a veces, es mejor vivir en la inopia.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que la inocencia es siempre maravillosa, pero crecemos y nos maleamos.
EliminarUn abrazo.
La inocencia hay que defenderla, porque ahí está el seño divino, que se va borrando con el tiempo y la experiencia, pero permanece ahí como recuerdo imborrable y eterno, Francisco...
ResponderEliminarMi abrazo y felices días de abril.
Estamos de acuerdo, María Jesús.
EliminarUn abrazo.