La ignorancia es un lastre
que arrastra los pies por el lodo,
todo lo enfanga,
y hace que el camino se haga eterno,
como despiadado martirio.
Dicen que sufre más quien conoce,
que quien mucho ignora,
pero al menos tiene sus pies ágiles
como el céfiro
y luminosa la mirada como el alba.
Dentro del tiempo, como en un apartado,
hay otro espacio encapsulado
que es donde se conjuga el movimiento
y le aporta garbo y forma de eternidad
a lo que para el común es efímero.
En la transparencia de tu mirada,
esa constelación que habla de lo eterno
y me lo muestras en cada guiño
iluminándome de esperanza
y también de profundos conocimientos.
Mala compañera es la ignorancia aunque se sufra menos ignorando. Saludos
ResponderEliminarSin dudas que no es la mejor actitud, Charo.
EliminarUn abrazo.