Amar en silencio
es una mortificación que no se justifica,
pero se paladea en la intimidad,
es dejar morir de sed
la tierra in fértil,
a pesar del caudal fecundo que se derrama
en lugar de bañarse en sus aguas
y jugar como niños a las abluciones,
es levantar una atalaya
en la que encumbrarse y gozar del horizonte.
Es mirar de soslayo,
como quien cree robarle un destello al sol
o un cuarto creciente a la luna.
Bendita e incomprendida prisión;
benditas ligaduras que maniatan
con voluntad explícita
y somete mi voluntad a la tuya.
Si acaso te saturas,
si te cansas o la bruma te lleva a otros brazos,
no me retires la correa con la que me conduces,
al menos tendré la ilusión
de seguir esperando por siempre,
de amarte en silencio.
Amar en silencio es pura redención del alma...El amor cuando es puro y generoso tiene el poder de transformarnos, de hacernos mejores. Tanto el amor humano, como el amor místico y espiritual vienen de Dios, por tanto es una bendición, que nos eleva y nos acerca a la eternidad...
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, amigo poeta.
Estamos de acuerdo, María Jesús, el amor es una voluntad divina, un deseo que se complace sirviendo al otro.
EliminarUn abrazo amable.