16 abril 2025

CIUDAD MUJER

 




La ciudad, coqueta ella,

pliega su actividad arracimada

bajo las puntillosas luces ledes.

Ha caído la noche como improvisado bostezo,

entre el cansancio y el hambre,

entre la fatiga contenida y el sueño.

La luna es apenas una escasa porción

evocadora bajo mínimos en la distancia

y la actividad ha bajado el cierre

con más o menos desgana.

La urbe es una mujer cansada,

en cuyos ojos luce la pátina de la fatiga

y la ojerosa sombra de la noche;

en su cuello rige la esbeltez

que le otorga empaque y señorío,

en su boca fresca una tilde de menta

y en el brillo de sus ojos un fanal

de aromática biznaga.

De su melena penden rizos tornasolados

y en sus hombros la esbeltez

de un sueño inalcanzable.

Su tronco es la estructura del donaire

y sus caderas el trazado idílico

de una elegante rotonda.

Su viente es futuro esperanzado

y sus pies recoletos

la senda por los que perderse o encontrarse.

Amanecerá de nuevo,

se diluirán las sombras,

y la luz solar vendrá a confirmar

cada una de estas emociones

con el severo rigor leguleyo de un notario.

6 comentarios:

  1. Curioso y sorprendente poema a esa ciudad nocturna, es increíble la mente que tienes pare escribir . Saludos

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  2. Poema delicioso. Se antoja su aroma, su sabor, su textura. No quisiera que terminara.
    Un gran abrazo!

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    1. Como delicioso es tu comentario. Muy agradecido, Sara.
      Un abrazo.

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  3. Hermosa personificación de la noche, toda una metáfora-muer, que da vida, cuerpo y alma a la noche...Su misterio, su belleza, su atractivo físico te recuerda la figura de una mujer, que deambula por sus calles...Una preciosidad, que nos muestra tu capacidad creativa y tu sensibilidad, Francisco.
    Mi abrazo admirado, amigo poeta.

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    1. Me ha quedado la sensación de que no todo el mundo lo ha interpretado, pero ya sabes que hay tantas interpretaciones como lectores. Gracias y mil gracias, María Jesús.
      Un abrazo.

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