25 abril 2025

EL TRAMPANTOJO DE LOS SENTIDOS

 




Como por azar, he encontrado la capacidad

de transformarlo todo:

cierro los ojos a pleno día

y todo queda a oscuras,

se evade la luz por algún resquicio

y de repente habita la oscuridad de la noche

y también su estanque de inquietudes.

A ciegas todo queda más lejano

y se hacen insalvables los obstáculos;

entonces se agudiza el oído

y surte al plano de protagonismo

aquello que antes pasaba desapercibido.

Vuelve a mis papilas el regusto de tus besos,

la demora del tiempo remecido

en la oquedad de tus labios y los míos;

cuento y hasta pierdo la cuenta,

son muchos dedos para una sola mano

y son los tuyos ensortijados,

entrelazados a los míos buscando privilegio.

Vivo de nuevo tu tacto recorriendo

mi geografía sin ningún orden,

pero adormeciendo el tiempo y dilatándolo

con la lentitud de las cosas sin fin.

Me giro y vengo a dar con mi nariz en tu cuello,

donde la esbeltez de lo innombrable

se hace materia de estudio odorífero.

A veces, a pleno día, cuando se incita al deseo,

basta con cerrar los ojos,

-tan solo un instante-

para vivir lo reservado a los grandes momentos.

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