01 diciembre 2018

EN EL MEDIO RURAL




El campo tiene bellezas inagotables de repuesto
como la lluvia tiene la escampada por sosiego.
En invierno, la naranja pone color
a la mañana nublada y fría,
como arrepentida de haber amanecido;
en el cerro, el almendro luce su armiño
como quien presume de realeza
y la castaña es ya un recuerdo
o potaje extraordinario en manos de la abuela.
Echo en falta al ciruelo y al durazno
por el calorcito que su estación comporta,
pero el calendario es circular como el trompo
y ha de llegar el día de volver a hacer
un canastillo con hojas de higuera
y recolectar moras en las divisorias de los caminos;
también se ausenta la golondrina
y siempre encuentra el camino de vuelta;
así son los días, unos agitados y otros ensoñados;
salvo el abuelo, que cada día está
más mayor, más torpe y ensimismado.

4 comentarios:

  1. Me quedo con la primera estrofa, dice:"El campo tiene bellezas inagotables de repuesto" y amplio, si se cuida, en cuanto a las tres últimas, que quieres que te diga que no sepamos los dos.

    Un abrazo.

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    1. Me encanta tu comentario, Emilio, es un sentimiento que comparto.

      Un abrazo.

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  2. El campo siempre tiene su regalo para cada estación del año.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Un regalo que se suma a las vivencia de un niño y las atesora para siempre.

      Un abrazo.

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