Desde el cuadro que preside
mi cuarto
me miras con ternura
y hasta me parece escuchar
tus correcciones
señalando para mí
el camino que lleva a la
vida.
En mis propósitos,
considerar tu voluntad,
pero en mis hechos, la
deriva,
el eterno derrotero
que me acerca al precipicio
del yo,
me saca del camino,
me empuja a la ficción
y acaba con mi esperanza de
vida en plenitud.
Desde tu estatuaria
presencia,
rigor en la enmienda
y dulce paciencia para mi
terquedad.
Recibe mi primer abrazo de nuevo año.
ResponderEliminarSalud y felicidad para ti, Paco amigo.
Un abrazo tuyo es esa primera amapola que se abre en campo de trigo y pone su encendido color en la monotonía del cereal.
EliminarAbrazos.
Qué inspiración maravillosa en la contemplación y qué difícil poder expresar en tan poco todo lo que sientes. Maravilloso. Beso
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