Las cosas están es sus
nombres
y el nombre es la cosa en sí
misma.
Dar nombre es definir la
cosa,
modelar sus formas y
textura,
darle consistencia,
ductilidad o dureza;
es describir la materia,
hallar sus propiedades,
las específicas
y las que le entroncan a su
género.
A ti te llamo, rosa,
con tu talle espinoso,
leñoso, largo, enhiesto,
terso,
con sus verdes sépalos en
copa,
con su corola incendiada
y su envolvente fragancia;
a ti te llamo, rosa.
En tu nombre, rosa,
tu presencia prefigurada
y la soñada, la que enamora.
De la flor solo queda el nombre desnudo.
ResponderEliminarGracias a él pervive.
Hoy te levantas inspirado, filosófico y poético, con este homenaje a "la Rosa" y a don Humberto.
Un abrazo, Paco.
A veces el nombre arrastra tras de sí toda la información asociada con el tiempo. Gracias, Cayetano, te agradezco el ecoo a don Humberto.
EliminarUn abrazo.
" La rosa,
ResponderEliminarla inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín de la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable."
Gracias, Merche, por tu bella recreación.
EliminarUn abrazo.
Gracias, Francisco, por tu bella creación.
EliminarUn abrazo
Bello homenaje a una flor, que en sí misma condensa toda la belleza de la naturaleza...Mi felicitación, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz domingo.
Muchísimas gracias, María Jesús. Efectivamente es todo un símbolo, además de una flor.
EliminarUn abrazo.
Preciosos versos en la que la rosa es la protagonista.Saludos cordiales
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