Como la piedra terca, dura,
insignificante y falta de valor,
como guijarro de pastor,
-uno más entre la abundancia-
que es lanzado y no desaparece
sino que se oculta entre la maleza,
como canto lanzado al mar
que antes de ocultarse rebota
y va dejando círculos concéntricos
como acuse de recibo de su presencia.
Con la misma terquedad
de un pedrusco en el camino,
sobre el que tropezaron incontables veces;
así de tenaz es mi obcecación contigo,
pero más allá de la cabezonería,
es amor y solo amor
lo que me mueve, me conmueve y siento.

Jesús también eligió la piedra cuando le dijo a Pedro: Eres piedra y sobre esta piedra..."Asi que contundente y acertada metáfora para expresar la fuerza y consistencia de ese amor, amigo poeta.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz domingo.
María Jesús, me enamoran tus comentarios, esa lectura que haces por los márgenes y entre líneas, por las que te estoy tan agradecido. Un cariñoso abrazo.
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