Hoy se ha hecho cometa
luminosa,
tras cerrar sus ojos para
siempre,
quien fuera sonrisa radiante
y sonora
y ha escapado por encima de
las nubes
hacia las fisuras de lo imperecedero.
En su madurez, María Isabel,
seguía
siendo una cascada de
jovialidad
─a pesar de los quebrantos
de la vida─
y se agotó en sí misma
anticipando
el fin que a todos nos
espera.
Seguro estoy que ya ha sido
abrazada
por la ternura del Padre
celestial.
Éramos de la misma
generación,
del mismo pueblo, con sus
aulas
de chicos y chicas. La misma
plaza.
Compartimos la inocencia de
los primeros juegos, la
alegría
desbordada de aquellos
primeros e inocentes guateques.
Llegado el momento, la vida
nos trazó líneas divergentes,
pero seguía siendo festivo
cada uno
de los reencuentros.
Compartimos
duras confidencias, y es que
vivir
es un elevado riesgo del que
hoy
te has fugado, tomando la
delantera;
pero, recuerda, estamos emplazados
para en el espacio
definitivo,
en el que poder gozar de
nuevo
de tu lúcida sonrisa por la
eternidad.
He sentido con dolor tu
partida,
pero me reservo las lágrima
para
la alegre pervivencia que
nos espera.
Un poema muy emotivo.
ResponderEliminarFelicidades.
Besos.
Absolutamente sentido.
EliminarBesos.
Bonito homenaje a una amiga que se fue.
ResponderEliminarCon esa esperanzadora seguridad en el reencuentro.
Un saludo.
Cuando Cristo se presentó a los discípulos camino de Emaús, éstos no le reconocía, Eso me lleva a pensar que la eternidad no es sólo una dimensión diferente, sino también quienes allí llegan. Lo del encuentro es la ilusión; aunque seguramente tendría que pedir perdón, comenzando por mis padres, por no haber amado con derroche.
EliminarUn abrazo.
Te acompaño en un sentimiento tan sentido.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias, Tracy.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una bonita y entrañable despedida a una amiga de la infancia, que permanecerá siempre en tu corazón, Francisco. Ella sonríe al leer tus letras, no lo dudes.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo, amigo.
M.Jesús
Mi entrañable María Jesús. Sin darnos cuenta, aunque en la distancia, cada día nos pertenecemos más, nos conocemos más y nos comprendemos mucho mejor.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Un delicado y bello homenaje a tu amiga.
ResponderEliminarSé que te dule pero sabes bien que la volverás a ver allá, donde la luz no tiene fin.
Estoy a tu lado espiritualmente.
Apapachos.
Gracias, María del Carmen, por reafirmar mis certezas que también son tuyas. Si la vida no nos acerca antes, cuando ambos estemos al otro lado, nos reconoceremos allá y nos comunicaremos para siempre.
EliminarApapachos.
Lo siento, a pesar de ser un poema recordatorio precioso, supone la pérdida de alguien querido y esto siempre duele :*
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Assumpció. Sólo quien ama reconoce el dolor en el otro.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que bellas palabras y que hermoso homenaje sobre todo por la esperanza que comunican y la profunda creencia de que la muerte no es el final camino. D.E.P. Bss
ResponderEliminarEso se lo he oído a Jesús y sé que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Gracias por tus palabras.
EliminarBesos.
El único consuelo, ante la pérdida de un ser querido, es que en su final del camino ha llegado hasta un mundo mejor.
ResponderEliminarBesos
Siempre, pero en este caso, estoy absolutamente convencido de ello. Muchas gracias.
EliminarBesos.
Siento que un poema tan hermoso sea la causa de una ausencia.
ResponderEliminarBesos
Musa gracias por tu comprensión, Musa.
EliminarBesos.