Todo principio tiene un
final,
como todo final es comienzo
de un tiempo nuevo que reverdece
evolucionando en variedad.
El final del verano trae en
su mochila
una cosecha de membrillos
que, al modo tradicional
de pelar y comer a mordiscos
como cualquier otra fruta,
da dentera.
Los membrillos dan dentera
con la misma exasperación
que el comienzo del otoño
nos sorprende con un
escalofrío,
una tormenta o una llovizna
caladera.
Se cuecen los membrillos
con su proporción de azúcar
y su puntito de canela,
sin dejar de remover;
se dejan enfriar, moldear,
y asumen una nueva
corporeidad,
un producto diferente,
manufacturado y sabroso.
Me da dentera que este
forzado final
sea un punto y aparte,
el epílogo de un desaire:
unos con su barretina
y su estelada; tú y los otros…
tú y nosotros, con dentera.
Nada importa la dentera... el gusto es el que mantiene, me decían mis abuelos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues los abuelos siempre van bien encaminados, por eso conviene hacerles caso.
EliminarUn abrazo
bueno, recién me entero a qué le dicen dentera y me causó mucha gracia. La receta es para anotarla, me encanta el membrillo en jalea o en cubos
ResponderEliminarbeso, Francisco!
Hoy he hablado de este fruto de otoño, pero paralelamente a la vida política española, así que tendría que conocer las claves para haberlas descubierto. En todo caso, descubrir una palabra ya es un gran hallazgo.
EliminarBesos.
Que gran "carne de membrillo" hacia mi suegra, ahora ha olvidado hasta como se llama.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad es que es muy lamentable esa decrepitud cuando la vida se prolonga; lo lamento.
EliminarUn abrazo.
Nadie gana en esto, salvo los que se envuelven en las banderas para distraer a la opinión pública. Dentera, en efecto; aunque prefiero la del membrillo al natural, tal cual, sin himnos ni patrias, sin aditivos.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso mismo que dices es lo que me ha impulsado a escribir este poema. Los resultados no son calamitosos, pero sí dejan al descubierto que no se puede dar la callada por respuesta, sino fajarse y negociar.
EliminarPara mí, detrás de toda ambición separatista (ayer ya levantaron la voz los vascos), un egoísmo tremendo. Sólo aspiran al separatismo las regiones ricas, quienes pretenden salir beneficiados siendo cabeza de ratón en lugar de cola de león.
Un abrazo.
Vaya símil el del membrillo y la estelada...
ResponderEliminarMuy bueno, sí.
Lo cierto es que yo espero que haya cordura, que el nuevo producto, si se consigue hervir en proporciones exactas, sea algo a degustar por todos...
Veremos qué pasa.
Besos.
Muchas gracias, Marinel. Espero que haya entendimiento aceptable para todos y duradero en el tiempo.
EliminarBesos.
O tengo idea a qué le dicen DENTERA ¿será un derivado de DIENTE?
ResponderEliminarEl membrillo sí lo conozco . Mi madre hacía mermelada se membrillo yo no sé hacer nada
En la política de tu país no puedo seguirte. No conozco de ese tema
Te dejo mi cariño
¡Buen inicio de semana!
Apapachos
No pretendía que entendieras el sentido último, pero todo poema, si lo es, tiene al menos dos lecturas y muchos significados. Si buscas en el diccionario "dentera" verás como lo explica muy bien.
EliminarApapachos.
Quizás la locura anda suelta. Lo noto en mi país (pero aquí no quedan membrillos para repartir, se los han comidos los actuales y los anteriores al poder) en el tuyo, en todos.
ResponderEliminarAbrazos, Francisco. Te cuidas por favor.
Esto de la dentera es un mal muy generalizado en la clase política de todos los lugares a lo ancho y largo del mundo. Gracias por tu ternura.
EliminarUn abrazo.
Excelente y riquísima la carne de membrillo que se hacía y todavía se hace en los pueblos. Saluos
ResponderEliminarMi madre hacía compota de membrillo y mi mujer hacía el dulce de membrillo, pero se ha cansado de hacerlo porque es muy laborioso.
EliminarSaludos.
Me encanta el membrillo elaborado, Francisco...Hacía tiempo que no lo compraba y lo voy a hacer...Estoy de acuerdo contigo, ese egoísmo del ser humano quiere poner tapias y encerrarse en si mismo...Pero, todo ello trae consecuencias que ignora...El hombre está hecho para vivir en sociedad y colaborar con todos al bien común...
ResponderEliminarTe dejo mi gratitud y mi abrazo de luz por tu creatividad.
M.Jesús
En la huerta, mi padre tenía también un membrillo y no se puede comer si no se elabora. Hoy he hecho uso de ese fruto de este tiempo para referirme a los hechos de estos días. No he sido militante político nunca y ahora ando todavía más decepcionado. Acabo de leer de un partido radical que quieren acabar con los funcionarios que no sean autóctonos...
EliminarComo diría mi madre: "el Señor nos libre".
Un fuerte abrazo.