Se había encaramado a lo más
alto
como quien busca la
asistencia directa
de lo más supremo. Hace
música;
se tiene aprendido una
suerte de acordes
y melodías pegadizas del
repertorio
universal. Casi aporrea las
teclas,
pero hace música inteligible
para oídos
que no sean demasiado
exigentes.
Sentado en su humilde
banqueta de plástico,
acaricia el repertorio que
todos ignoran
y que si les prestaran
atención
podrían tararear. Es música
pegadiza,
aunque a los melómanos les
suena
a agresiones acústicas. No
es músico;
el lo sabe y tuerce el cuello,
como quien
se avergüenza y pide perdón.
Sabemos
que es un buscavidas que
cruzó la frontera
cargando el instrumento con
el que
esgrimir los muchos bostezos
del hambre balcánico del que
procede.
Está situado en todo lo
alto, a pleno sol,
por delante de la forja del
atrio. Sólo
aspira a la misericordia con
gesto amable.
Uno hombre de tantos que se buscan la vida, con su arte callejero, para poder sobrevivir en un mundo inhumano.Monta su escenario en la puerta de una iglesia para que Dios le ayude con las limosnas de los transeúntes.
ResponderEliminarMe gusta tu poema es un arte ver la foto y escribir lo que percibes de él.
Un abrazo.
Feliz fin de semana.
MA.
El blog de MA.
Muchas gracias, MA, por tu opinión sobre lo que hago.
EliminarBesos.
Me encanta esta descripción tan bien lograda, tan llena de matices.
ResponderEliminarLa figura de ese hombre me da mucha ternura , él y su música imperfecta. l , buscando cobijo y seguramente consuelo en el sol que lo hace sentir vivo ,él , y su espera de los compasivos , de los que piensan en el otro ,porque tienen la compasión que estremece.
"No es músico, él lo sabe y tuerce el cuello como quien se avergüenza y pide perdón "
Lo puedo ver , lo siento y si lo tuviera cerca le daría un gran abrazo.Le diría que tiene mi admiración . No salió a robar ni a delinquir. No. Hace lo que sabe hacer y es digno.
Es un alma luminosa. Yo lo percibo así. Dios lo bendiga.
Apapachos.
Eso es todo, tratar de dibujar una historia coherente con la imagen que tengo delante y la experiencia callejera de estos músicos o no tanto, personas que se buscan la vida.
EliminarApapachos.
Apoyado en en el lugar más alto, en el sol y en su acordeón, confía. Lanza sus notas al viento y espera con paciencia, que algo caerá del cielo...Creo que, mientras escribías te metiste en la piel de este hombre y sentiste su hazaña, su riesgo y su reto...Es digno de nuestra compasión y de nuestra admiración, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu texto solidario y profundo.
M.Jesús
No hago todo lo que debiera por estar personas, pero siempre los miro con ojos de misericordia, como creo que ellos se merecen. Infinitas gracias.
EliminarBesos.