Lo mismo que a la piedra la corroe el viento
o la taladra la gota de agua en su persistencia
atemporal de lapsos infinitos,
revestida de una paciencia jamás desalentada;
lo mismo que el fiero acero del río
abre un surco en la tierra por el que discurrir
saltando obstáculos y haciendo romas las aristas;
así está blindada mi esperanza contra la sequedad
de tu silencio, hasta que un rendido guiño de tus ojos
levante la brisa de este tiempo enquistado
al que aguardo con largueza sin erosionarme.
muchisimas gracias magno poeta por hacer que nuestra alma se sumerja en el bellisimo manantial de tus sublimes letras, un besin muy grande de esta asturiana admiradora de ellas.
ResponderEliminarEl silencio hace tanto daño...
ResponderEliminarBesos Francisco y feliz fin de semana.
Bravo Francisco, aguantando y expresándolo de forma brillante.
ResponderEliminarUn beso.
El tiempo se hace eterno mientras se aguarda ese guiño, pero ser capaz de traducir a hermosos versos la impaciencia sin duda aliviará la espera.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Ante todo, tenacidad.
ResponderEliminarEl mundo es de los luchadores, de los pacientes, de los que día tras día, año tras año luchan por alcanzar una meta.
Un saludo.
Esto es demostrar gran seguridad en uno mismo y paciencia ante el devenir de los acontecimientos.
ResponderEliminarHay que saber esperar.
Un abrazo
En román paladino: el que la sigue la consigue. Pero mucho mejor expresado. Un abrazo
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