El pescador lanzó su sedal al agua,
yo eché al río tus negros recuerdos.
Él esperaba paciente a que picaran los albures;
yo a que la corriente te alejara de mí
hasta desembocarte en el mar del olvido.
De repente, se hundía el corcho con insistencia
una y otra vez y el peso arqueaba la caña;
tú sigues -con la constancia del corcho-,
instalada en mis recuerdos hasta la asfixia,
retorcida, pérfida y agobiante angustia.
¿Cómo podré por fin librarme de ti?
Dejaló estar, suele ser el mejor resultado, cuanto mas lo eches fuera.. mas vendrán..
ResponderEliminarsi los dejas estar... irán.. como el dolor desapareciendo.
Un beso
Me ha gustado el poema.... por sincero.. e intenso..
La corriente de los ríos es capaz de llevarse tantas cosas, hasta los recuerdos.
ResponderEliminarSolo hay que saber esperar.
Un beso.
A veces nos parece imposible, y lo dejamos estar, segimos soportando, y de repente un día te das cuenta de que el corcho, aun estando ahí, no te dice nada.
ResponderEliminarBesos.
Cuídate de los peces demasiado grandes. Pueden arrancarte la caña o tirarte al agua. Hay amores que matan.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha gustado mucho éste poema, cierto, que difícil es a veces sacar fuera los malos recuerdos...
ResponderEliminarSentimientos y actitudes muy encontradas: uno que se acerquen los objetos a pescar; otro que se alejen y que la corriente arrastre los recuerdos, ¿Para donde tira la corriente?...
ResponderEliminarUna persona que ha marcado tanto la vida de alguien, es dificil de olvidar.Solo el tiempo pone las cosas en su lugar, deja que pase el recuerdo, llegará el día que el hecho de recordar no duela tanto. El poema es precioso.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Hola Francisco, vaya drama. Muy fácil, dejando de pescar o utilizar otro anzuelo. Hay que ver que pesados se ponen algunos peces, que revolotean e insisten en picar...
ResponderEliminarEn el mar del olvido eché mis redes hace tiempo.
un abrazo
Es el sino: cuando deseas que piquen, no hay forma; cuando deseas que se alejen, no cesan de agobiar. Mejor sentarse a esperar que pase el cadáver de tu enemigo. Saludos
ResponderEliminarHay veces que los sentimientos se adhieren como el amor del hortelano, tal vez lo mejor sea cambiar de sendero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas noches Francisco:
ResponderEliminarNo es bueno insistir en sacar un pez cuando no está bien colocado el señuelo, siempre se escapara.
Gracias por su espacio.
Con ternura
Sor.Cecilia
Muy bien Francisco, no pesco hace mucho tiempo, creo que tengo una cajita donde guarde por siempre esos peces y ahí se quedara, a veces quiero abrirla a ver que quedo de ellos, pero cuando pienso mejor, solo sigo mi camino...besos amigo =)
ResponderEliminartiempo al tiempo, nada más
ResponderEliminarbesote
El olvido a veces es imposible, pero los recuerdos se van haciendo suaves y finos, casi imperceptibles siempre con posibilidad de transmute y de aceptación de que han estado ahí, son una parte de nuestra vida y siempre se hace lo mejor que se puede y sabe.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco, dejemos que la corriente del rió los vaya limpiando y haciendo + ligeros.