Se asemejaba,
pero no era música.
Era de otro escalafón
y otra cadencia,
entre balbuceos y
repeticiones
como borrones fortuitos
en la partitura virginal.
Cuatro y media de la
tarde,
hora del sopor;
la digestión invitando al
descanso
y la precoz del tercero
derecha
porfiando con el teclado
tratando de reproducir
una melodía no
identificada,
de momento.
A pesar de todo,
afirmo que la música
es belleza virginal en
otras manos
y, en estas, inoportuna,
machacona y tortuosa.
Cuando el prodigio se
ausenta
o como en este caso
está en proceso de
maduración,
rechina en los dientes
como fruta inmadura.
Es verdad, un mal instrumentista es un auténtico dolor de cabeza.
ResponderEliminarSaludos
La esperanza es que progrese pronto, Emilio.
EliminarTiempo al tiempo
ResponderEliminarSaludos
O mejora musicalmente o se cansa
EliminarVeo que a nivel musical estás muy entretenido...seguro que con la práctica mejorará.Saludos
ResponderEliminarEsa es la esperanza.
EliminarAbrazos.
Ninguém nasce um/a grande músico. Começa-se mal, aprendendo, para que um dia seja fantástico.
ResponderEliminarBelo poema
.
Um feliz fim de semana.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Es cierto, hay que darle u a oportun idad.
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