Mientras me acurruco para
entrar en calor,
en otro punto distante,
hay gente resoplando
y buscando una sombra
en la que solazarse.
Es cierto que el sol sale
para todos,
pero a unos calienta y a
otros achicharra.
Llevo tres dosis de vacuna
y no me salto ninguna
comida;
lo que en mi mesa es
corriente
en otras es un sueño
inalcanzable.
Aquí es de día, allí es de
noche;
aquí es invierno, allí un
infierno.
La igualdad de
oportunidades
es una utopía,
la uniformidad una
quimera:
desiguales,
pero todos frágiles e
infelices.
Efectivamente todos son frágiles e infelices, pero hasta en la pobreza, hay categorías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ciertamente, Emilio, con tal de no ahogarnos somos capaces de hundir hasta el fondo a otros.
EliminarUn abrazo.
Esta gran desigualdad que existe entre las personas nos hace más inhumanos.Saludos
ResponderEliminarpoder dar eso es una maravilla
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