Y ahora qué los acordes
de esta insulsa melodía de
vacío
me han llevado al
extrañamiento,
y finalmente a la
desolación;
ahora,
al tiempo que se acortaron
mis pasos
se aceleró el tempo
y lo veo trasponer vivace
sin poder darle alcance
por aquella curva que
anuncia
el final del camino.
Se ha remecido el compás
en ensimismamiento,
en una mirada interior
hacia donde no me
reconozco
y hasta me resulto
extraño.
Quiero hacer silencio,
escuchar el maderamen
crujiente
de las cuadernas de mi cuerpo,
acurrucarme en la
voracidad del día a día.
No hablar. Escuchar la
brisa,
oír la nada y apreciar, si
puedo,
cómo crece la vegetación
mientras que menguo.
Desde el inicio hasta aquí
he aprendido algunas cosas
y no llegué a penetrar en
la mayoría;
olvidé algunas
y con el tiempo haré tabla
rasa
para volver ligero de
equipaje.
Silencio. Degustar la
pausa
entre dos notas
consecutivas
y mirar hacia adentro en
silencio profundo.
Hacia adentro, dentro, adentro;
muy adentro.
Mais um poema deslumbrante
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Cumprimentos poéticos.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Hermosa y vital reflexión que también me reflejo en ella pues reflexiones de este tipo sólo las hacemos las personas que ya tenemos una edad que cada vez está más cerca del final del camino.Saludos
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