Esplendoroso fanal de luz,
coqueta del universo,
que jugueteas con misterio
inefable,
a veces a cuartos,
otras de nuevas maneras
o en absoluta plenitud,
testigo mudo de los afanes
humanos;
llena eres la más
atractiva
de las mujeres celestes.
Tú que acompañas e
iluminas
a quienes siendo, no lo
son,
como protección efectiva
de las normas excluyentes,
dictadas por quienes solo
se miran
a sí mismos
con brillo de concertinas.
Sombras, sombras
temblorosas
que deambulan tras el pan,
aunque sea duro y ácimo;
y así, de fracaso en
fracaso
y esquilado por las
mafias,
ponen en suerte sus vidas
mientras se evapora la
esperanza.
Noche eterna. Luz celeste
que alumbras y precedes
abriendo el mar faraónico
con la vara de Moisés.
Noche perenne, noche
esperanzada
que acoge y acaricia con
sus sombras
y el silencio subrayando
el camino
hacia un mundo mejor y
desconocido,
que a veces es pesadilla y
no ensueño.
Culpamos a las mafias, ¿pero realmente son las culpables de las muertes en las fronteras?, yo no lo creo que lo sean, aunque tienen su parte, solo se aprovechan de un sistema injusto que evita que el pobre pase al otro lado para mejorar su vida, solo se permite que pase un pequeño contingente para que los prohombres se llenen los bolsillos pagando ilegalmente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lógico querer encontrar otro mundo mejor y al final, mucho lo que encuentran es la muerte.
ResponderEliminarBesos.