Cinco y media. La tarde
se presenta plana, curtida
de sopor
y tórrida bajo el influjo
solar.
Un malestar transitorio
me invita a cerrar los
ojos,
─lo exige─
a vivir y gozar la
penumbra
de un tiempo que se reconforta
en interiores,
a mirar hacia adentro
y se predispone a soñar,
a echar mano de la memoria
y visionar de nuevo los
momentos de gozo
de un pasado amable, y en
lo adverso
también requiere de
escarbar
en las oscuras simas del ayer.
Tiempo de silencio, de
reflexión,
de búsqueda de uno mismo
una vez descartadas las
alharacas
que perturban la verdad
desnuda.
No es momento de búsqueda
sino de encuentro, de
darse
y de abrirse a recibir
cuanto de identidad se fue
colmatando
y que todavía es caos
confuso.
Con frecuencia las
filigranas
nos distraen del encuentro
y no nos dejan oír la voz
profunda
que, más que dormir,
aguarda la recepción
solemne,
el encuentro que es la
verdadera vida.
Es el momento. Es tiempo
de escucha.
Si uno se busca se halla, se puede analizar y conocer sus límites y hasta donde puede llegar.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero creo que son legión quienes no se conocen a sí mismos, Emilio. Seguramente que algo falla.
EliminarUn abrazo.
Sin duda el mejor momento del día.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Estoy contigo, Cayetano. Es la única forma de no mentirse.
EliminarUn abrazo.
Pero hay veces que somos mala compañía para nosotros mismos.
EliminarQue preciosidad de texto, qué bien lo has descrito, hoy me va a servir para hacer la meditación.
ResponderEliminarGracias.
De haberlo sabido te lo habría dedicado. Tómalo como propio.
EliminarUn abrazo.
Hermoso y reflexivo escrito.La meditación para conocerse más así mismo nos ayuda a ser mejores. El saber escuchar puede hacer un gran bien a esa persona que necesita hablar....en estos días resulta que he sido yo la que necesitaba hablar y he tenido la suerte de que me han sabido escuchar.Saludos
ResponderEliminarCiertamente es una suerte, Charo, pues no hay muchas personas que sepan escuchar y sobre todo que quieran hacerlo.
EliminarUn abrazo.
Un texto de reflexión. Saludos
ResponderEliminarEsa fue la intención.
EliminarSaludos.
No es tan fácil escuchar, cuando no hay una predispocisión para hacerlo...hay personas que solo se escuchan a sí misma y siempre se dan la razón.
ResponderEliminarBesos
Para escuchar hay que hacer silencio en nuestro yo, ese que busca acapararlo todo.
EliminarBesos.
"No es momento de búsqueda, sino de encuentro".
ResponderEliminarTe revelas como un profundo pensador. Bello, bello, bello... porque el que ya no busca, encuentra; su alma entra en sosiego y cuando el lago está en calma el cielo se refleja en él... en todo su esplendor.
Un abrazo grande!
No paro de buscarte, Volarela bonita, y en el encuentro virtual me das la razón de lo mucho que merece la pena.
EliminarMuchas gracias, preciosura.
Un grande abrazo.
Asi es Francisco, tal como lo expresas, son tiempos de mirarnos...de viajar a nuestro interior y "acomodar" todos los rincones, de amigarnos con el pasado y de vivir y agradecer profundamente este presente!!! Te dejo un fuerte abrazo!Tu poesia es hermosa!!
ResponderEliminarTambién es hermosa tu mirada, Eli, y toda tú. Gracias mil por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Si, Francisco. Es tan necesario a veces ese "encuentro con uno mismo". Sentir la paz y el placer de encontrarse a gusto descansando, o sintiendo la respiración, sin pensamientos que enturbien, sin expectativas, miedos o dudas. Sólo estando en paz y en silencio. Lo expresaste de maravilla, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre.