Estoy a la espera. Me he
pedido
un caballo alado, y
montaré
en mi Pegaso, y me llevará
por el firmamento,
y me emparentaré con cada
una de las estrellas,
y conoceré a cada una por
su nombre.
Quiero saber cómo es el
día
allá donde el cosmos se
agita
o juega con guiños luminosos
entre todos los astros.
Ha de ser como un carrusel
descomunal,
una feria continua e
infinita
donde cada elemento conoce
su demarcación y también
sus derroteros.
Y sus luminarias, y las
posibles maniobras,
y los guiños lumínicos con
los que comunicarse.
Los científicos especulan,
pero nadie sabe de quién
reciben los astros las
instrucciones,
si suena o no un cornetín
de órdenes
que a todo el cosmos
coordina
como un ballet celestial
con millones de jornadas
de entrenamiento.
Sigo a la espera. En el
infinito
tampoco son las cosas
inmediatas
como suponemos,
pero es verdad que nos
llevan
una gran ventaja
y no deja de ser una noche
tan repetitiva
como interminable.
Cuando yo tenga mi caballo
alado,
que ha de llamarse Pegaso…
Aunque es bonito pensar en esos caballos alados, estoy más pegado al suelo y me has traído a la memoria, aquellos camiones de nombre PEGASO que circulaban por nuestras carreteras y que, como muchas cosas, no supimos mantener y en el 1990 desapareció la empresa que los creó, hoy es italiana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, Emilio, como también lo es que los ensueños son evasión para el alma o escapatoria de esta triste realidad que nos asfixia.
EliminarUn abrazo.
Eete Pegaso se escapó del carrusel machadiano -cuando el poeta era niño- y se lanzó por los aires sintiéndose libre. Yo también quiero uno.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Pues ponte delante de mí, Cayetano, cuélate en la fila de la ilusión y volvamos a ser niños, aunque acabemos despertando del sueño.
EliminarUn abrazo.
Tu Pegaso me ha recordado a ese dragón tan tierno de la película La Historia Interminable así que a mí no me importaría nada que ese "dragoncete" tan tierno y simpático me llevara por esos lugares que mencionas, sería fantástico y quisiera tenerlo.Saludos
ResponderEliminarMe alegro que te haya ayudado a soñar, a subirte en alas de lo imposible y alcanzar lo que está más allá de nuestra realidad, Charo.
EliminarUn abrazo.
Sí, sí. Pero... que Pegaso se tarde todo lo más posible en llegar. No haya ninguna prisa por comprobar todo eso que pueda haber.
ResponderEliminarUn abrazo al vuelo.
De tus palabras deduzco tu juventud, Sara, en cambio yo veo cómo llega la contraportada de mi historia sin alcanzar los sueños imposibles y se me aceleran las urgencias.
EliminarUn abrazo anisado.
É um gosto enorme ler a poesia que aqui se escreve. O agora exposto é simplesmente deslumbrante. O meu elogio.
ResponderEliminar.
Um domingo feliz … cumprimentos
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias por tus adjetivos, Poeta.
EliminarAbrazos.
Los caballos me fascinan y este alado tuyo, tiene más prestaciones ¿o no?
ResponderEliminarEste no es solo un magnífico caballo sino el ideal, el que asiste en sueños.
EliminarUn abrazo.
Todo un ejercicio creativo, donde la ilusión mano a mano con la imaginaciòn le han dado fuerza y vida a ese niño que llevas dentro y que necesitas para seguir escribiendo y recreando la vida, Francisco. Muy bello, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz noche.
Cuando leo tus comentarios mejora la opinión que tengo de mí mismo como poeta. Gracias infinitas por tus estímulos.
EliminarUn abrazo.