Detrás de la curva,
como una aparición en la
distancia
que la mirada evidencia,
la panorámica más
entrañable,
la más querida y recordada
de cuantos paisajes he
vivido.
Ladera abajo se desparrama
el caserío
buscando la confluencia de
la plaza,
el punto de cita y de
solaz,
la ruta entre bares, la
iglesia y Los Chorros.
El Almadán es un suspiro
helado
que como el caserío se
despeña
y se desliza dulcemente
y, tras el puente, salta
airoso al vacío
y traspone hacia el hondón
vegetal que lo escolta.
Niebla. Espuma bulliciosa
en su caída al Charcón,
con los acordes sonoros y
guturales
como el gorjeo entre rocas
del Nacimiento.
Así, entre cánticos, se
derrama
hasta quedarse dormido en otras
aguas.
En otro tiempo,
cuando la laboriosidad no
era industrial,
se sumaba al ritmo de la
corriente
las muelas de varios molinos
y el laboreo manual de las
huertas a su paso.
Huerto. Un jardín por cada
orilla,
el pan cotidiano de su
gente,
hasta perderse en la mar.
El texto lleva el olor de la infancia. Huele a recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Cuando vuelvo aquí, Cayetano, es como si viviera de nuevo la infancia y juventud.
EliminarUn abrazo.
Una bella estampa la que pregona tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Al menos es muy entrañable para mí, Jorge.
EliminarUn abrazo.
Memórias sendo ou não poéticas, quem as não tem. Poema lindíssimo.
ResponderEliminar.
Uma semana feliz … cumprimentos
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarUn abrazo.
Bonito poema de tus recueros del río Almadán.La imagen me ha gustado mucho y me ha traído gratos recuerdos de varios ríos de mi infancia y adolescencia. El Vero, el Cinca y el Ebro.Saludos
ResponderEliminarCreo, Charo, que lo singular no es el nombre del río, sino aquello que evoca a cada uno que lo lee.
EliminarUn abrazo.
Buen poema para unos bellos recuerdos. Espero que hayas pasado buen dia de tu santo. Un abrazo .
ResponderEliminarGracias, Chelo. Pues sí, fue un día especial porque lo vivimos con mi hermana, cosa que sucede de tarde en tarde.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Felicidades, no sabía que era tu santo, yo no llevo en cuenta esto de los santos. Bonito poema dedicado a cuando los molinos eran movidos por la fuerza del agua y los huertos regados por el agua clara que corría veloz y cantarina.
ResponderEliminarAbrazos
Re cuerdo que en mi infancia no celebrábamos los cumpleaños, pero si el santo. Son tradiciones.
EliminarUn abrazo.
No conocía ese río, que tanto recuerdos trae para tí . Supongo que hay muy bellos paisajes a lo largo de su curso...el río que mejor recuerdo me trae en mi niñez es el Guadalquivir. aunque después de mayor, cuando he viajado me ha gustado cruzar por alguno de los puentes de la ciudad, en donde he viajado.
ResponderEliminarTanto me ha gustado tu poema, que ardo en deseos de visitar tu precioso pueblo.
Besos
Este no llega ni a aprendiz de río comparado con el Guadalquivir, pero es el río de mi nacencia, de mi infancia, de mis juegos. Seguramente que el pueblo te gustará. Si vienes en estos días de octubre avísame y lo hacemos juntos.
EliminarUn abrazo.
Maravillosa descripción, Francisco, pude ver el paisaje y escuchar el susurro del río al pasar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael.
EliminarUn abrazo.
Bello homenaje a ese río tuyo, que tanto amas y que a vuelto a cantar en tus versos y en tu alma, como un suspiro helado, que ha prendido la llama en tus versos, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus buenos temas y poemas.
Ahora compruebo que es real, María Jesús, la vida es toda ella de principio a fin, pero en la memoria se fija sin desgastarse la infancia y juventud y de ella hacemos patria.
EliminarUn abrazo.
Que hermoso poema e imagen. Bello tu sentir. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Sandra
EliminarUn abrazo.
Hermoso y amoroso recuerdo. Gracia por compartirlo, parece que lo estuviera viendo. Besos
ResponderEliminarBusquè en Google para ver imàgenes pero me pone Almadèn y no concuerda. Còmo me gustarìa ver màs fotos.
ResponderEliminarFeliz Santo Francisco!!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios, Rosa María. Para que lo comprendas, este río tiene un curso muy corto, unos ocho kilómetros hasta entregarse en el Mediterráneo a la altura de Marbella, pero para mi es mi infancia, la fertilidad, los molinos y todo ello de ese otro tiempo que hoy es añoranza.
EliminarUn abrazo afectuoso.