Agárrate fuerte. No te sueltes,
sigamos encuadernados
al lomo de la vida,
tú y yo,
la unidad decidida antaño
como páginas inseparables
de una misma historia.
Mira, fíjate, mis dedos
son los sépalos que cobijan
y envuelven con mimo
la corola de los tuyos.
Ahora que atardece,
ahora que el brillo de tu mirada
no es el destello cegador
y que mi cuerpo
reclama un tercer apoyo,
tengamos la certeza
de seguir escribiendo
estas páginas irrepetibles de hoy
con letras más o menos fluida,
en tanto sigue con carga
la tinta de nuestro ser.
Vivamos este presente,
este otoño apacible y dulce
sin volver la vista atrás,
sino fijos en la infinitud
a la que nos encaminamos.
Con letra muy, muy fluida, con gran sentido y siempre unidos.
ResponderEliminarUn abrazo doble.
Todos vamos encaminados a esa vejez y cada vez falta menos,
ResponderEliminarLo bueno es agradecer estar juntos, estar vivos y seguir de la mano por ese camino.
Hermoso poema.
Saludos
PATRICIA F.