18 agosto 2025

EL DISERTADOR

 






Se iba pronunciando con solvencia,

marcando las pausas y las tildes

oportunamente, con ritmo vivaz

y pausas oportunas,

pero fue bajando el tono

al percatarse,

entre un murmullo de sordos temporales,

que nadie esta a lo que estaba.

Puso, como pudo, el punto final

por el que salirse sin ser visto

y la masa seguía a lo suyo

entre copas y confidencias a gritos:

su éxito fue tomar la iniciativa

antes de que le dejaran solo.

No hay mas desprecio que el no aprecio”.

1 comentario:

  1. Así nos hemos sentido alguna vez los que nos dedicamos a la docencia.

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