29 agosto 2025

TIEMPO DE BOCHORNO

 




El sopor de la tarde

me acunó en un embroque de niebla,

y se me derramó la conciencia

por la borda de estribor.

En tales condiciones,

me acuné en un estar incierto,

asido a la amura para no perderme.

Todo pasó en la mansedumbre

de unos instantes,

mas cuando tuve conciencia

seguía anclado a los orígenes,

sin otro navegar

que el borroso deseo de aventura.

Las tardes de verano son de un tránsito lento,

una inmadurez ingrávida

que mansamente se eterniza

y hasta se resiste en volver a puerto.

A lo lejos, desdibujado en el horizonte,

una carta de navegación

con tachaduras y enseñas extrañas.

Entonces, desde el fondo de mi inapetencia,

recogí el velamen, me plegué

a mis circunstancias y aquí sigo,

a la espera de un tiempo favorable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario