Como vuelve la luz del día cada mañana
y pasa su difumino sobre las tinieblas
y con bostezos de esperanza
lo reviste todo de novedad y frescura.
Como después de la tiritera del invierno
se desperezan las mañana de abril
y un aromático y blanco armiño
lo cubre todo de esperanza anaranjada.
Como ensayan las olas de manera incesante
ese encuentro de yodo y sal sobre la playa,
y parece retirarse para volver a acometer
con renovados bríos de pasión y locura.
Así como un mandato telúrico y desconocido,
vuelvo una y otra vez sobre tus pasos perdidos,
con la terca esperanza de que me abras
el mamparo de tus brazos y diluirme en ellos.
¡Hola! Muy bonito. Un abrazo ❤️
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Carolina.
EliminarUn abrazo.