27 enero 2025

ARRESTO DOMICILIARIO

 




Primero fueron las nubes

las que corrieron un visillo sobre el arcoíris,

más tarde comenzó a llover

sin intensidad, pero con mucho tesón,

con la misma monotonía

que esta situación apática que me domina.


Agua menuda, constante, cadenciosa,

porfiada, perezosa, pesada y pertinaz:

un día inhóspito que recluye,

que aísla en el desequilibrio interior.


Las sales de júbilo

con las que me hice a la calle,

acabaron diluidas hombreras abajo

y se fueron escabullendo por los sumideros

en un silencio cómplice y agónico.


La tarde ha suscrito idéntico compromiso.

Y yo maniatado a este encierro,

con la contrariedad de un arresto domiciliario.

2 comentarios:

  1. Por aquí llevamos ya varios días que llueve y no tiene trazas de parar pero con paraguas esa lluvia ya no moja. Saludos

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    1. Aquí sucede lo mismo. Es un chispear no intenso que para y arranca cada vez que le parece, pero hay que salir pertrechado.
      Un abrazo.

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