Una pintura, un relato a todo color,
una narración, un poema sin márgenes
que se expande más allá del armazón,
y no conforme con las tres dimensiones,
se eleva por la bisectriz de la cuarta
y se pierde en la inmensidad de lo sublime.
En los preparativos, una tela inmaculada
sobre un burdo bastidor de madera.
Una veintena de pinceles, algunas brochas,
y un número indeterminado de tinturas,
que se multiplicarán en matices infinitos
al capricho creador con las mezclas oportunas.
Un motivo central, un eje sobre el que circula
el caudal y lo anecdótico, lo capital y lo sucinto,
el nudo gordiano de lo que se narra y explicita,
y lo secundario que le acompaña y complementa.
La pasión del fuego creador incontenible
y lo episódico de todo cuanto le rodea,
al tiempo que lo engrandece sin competir.
Fue dotado con el don de la pintura y después de siglos de historia muchas generaciones lo ha ido admirando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y así, admirado para siempre.
EliminarUn abrazo.
Pienso que tanto la pintura cómo la literatura y la música forman un trío que nos hacen la vida más agradable. Saludos
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Charo.
EliminarUn abrazo.
En cada obra de arte está la misma vida, Francisco...Las circunstancias, la pasión y constancia del autor o artista...Ahí queda eternizada su alma y la vida que le rodea, le impulsa o le detiene en su afán artístico...Muy bello e inspirador, amigo poeta.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido.
Y todas las expresiones artísticas son complementarias, voces distintas para un misma expresión. Gracias por tus comentarios, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Y si por instantes me hago niña y soy osada por ignorancia y no veo el peligro aunque intente evitarlo, entonces que Dios me asista y sus ángeles me protejan.
ResponderEliminar🌹
Que así sea, Merche.
ResponderEliminarUn abrazo.