07 septiembre 2022

EL ESPERADO VERANO



Siempre es virulento y seco el verano,

también esperado y arrebatado:

escasez de agua, fuegos por doquier…

Lo recibimos contando los días

como el preso cuenta hacia atrás

los que falta para su cumplimiento.

 

Aunque no al alcance de todos,

quien puede permitírselo puentea el clima

y siente en su cuerpo la sensación que desea,

sin esperar a que se abran los cielos para todos.

 

Los veranos de mi infancia

debían ser tan calurosos como el presente,

pero nadie contaba con medios para manipularlo

y todos tan contentos como sudorosos.

 

Más que por el calor o el frío,

las estaciones venían marcadas por los frutos,

y en frutos el verano siempre fue generoso.

Todo comenzaba con las peritas de san Juan,

seguidas de cerca por ciruelas,

albaricoques y duraznos, para luego

ser pródigo en higos chumbos, melones y sandías.

 

Las casas olían a frituras

y el pisto era el rey de la temporada;

como hoy viene todo del super,

todo viene envuelto en plásticos

y todo es igual de insípido.

 

Entre agosto y septiembre, las uvas,

y también los higos en el pasero

meditando el invierno, y las granadas

creando una corteza de pergamino

para perpetuarse en todo su frescor.

 

Hoy hemos renegado al sabor

por la abundancia, y masticamos sin saborear,

como tampoco gozamos de lo que tenemos

porque el tener y acumular no se sacia nunca.

4 comentarios:

  1. Recuerdo cuando se hablaba de los frutos de temporada, hoy hemos engañado al clima y no existen esos frutos que solo se daban en invierno o en otoño, así nos va.

    Un abrazo.

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  2. El que más tiene más quiere y así ha sido desde siempre.Saludos

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  3. Eran otros tiempos. La frutería olía a maravilla, especialmente los duraznos (melocotones) La sandía era puro jugo dulce y llena de semillas que las de hoy, por arte de magia, vienen sin semillas. Un raconto adorable de tiempos pasados.. Saludos

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