Alguien decide un buen día
trazar un polígono
industrial
en aquella haza donde
las escasas higueras
sobrenadaban entre la
viña.
Es posible que alguien se
haya enriquecido,
pero la pobre suerte
ha caído en desgracia
y ni los pájaros pican las
uvas,
ni el pasero encontraría
hoy su ser
en medio de calles
paralelas
grasientas y ajetreadas.
Hay una memoria anterior a
la industria,
donde los días
transcurrían apacibles
al ritmo de las estaciones,
de las labores y de las cosechas.
Aquello era un pasar, la
supervivencia,
la permanencia, y estaba
supeditado
a las inclemencias
meteorológicas…
Todavía deben estar por
ahí
las huellas de los
abuelos…
El bienestar, se cree hoy,
no siempre acude a lo
primario
sino más bien a las
tecnologías.
Los abuelos no entenderían
lo que hoy llamamos
progreso
y hasta es posible que se
preguntaran,
¿pero es esto el
bienestar?
Creo que los abuelos si que entendemos lo del progreso, lo que no queremos es que se haga a nuestra costa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acredito que se os nossos avós cá voltassem ficariam de boca aberta a ver o progresso. Como nós se voltássemos cá daqui a 100 anos, não seria diferente.
ResponderEliminarBelo poema
.
Uma semana feliz
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Yo también me pregunto si esto es el bienestar y me contesto a mí misma que no lo es, que le faltan esas cosas de antes que nos hacían felices y sentirnos libres con nuestros trabajo.Saludos
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