Un gorrión en la rama
y un leve balanceo;
la quietud inestable,
me fastidia el alma.
Se mece el otoño
en cromáticos ocres;
el contagio me induce
a la melancolía.
Tonos apagados:
el sol ya no hiere,
ni se echa la siesta,
tampoco madruga.
Agua son tus labios
cuando me besas;
aire para mis pulmones,
fiesta gozosa.
Ensueño en la nada;
colores desvaídos
de hojas caducas:
proceso otoñal.
Leo que en los últimos 10 años han desaparecido en España la friolera de 8 millones de gorriones, ¿causas? los alto niveles de contaminación, nos están quitando las estaciones y sus signos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Romántico siempre adorable.
ResponderEliminarUn abrazo anisado.