14 septiembre 2022

MIS MANOS VACÍAS



Mi adolescencia era un folio en blanco

fajado a la ilusión del trabajo,

cuando todavía la pelusilla

no me ensombrecía la cara.

 

Grácil. Agraciado. Aniñado.

De poca estatura y el deber como norte,

días por los que agradezco

no haber descarriado en ninguna penumbra.

 

Me fui haciendo hombre,

mientras aprendía y asumía responsabilidad,

alumbrado por la lámpara

rudimentaria de mi entendimiento.

 

He visto cómo más de un cuerpo de cristal

estallaba y se hacía añicos…

Yo aprendí lento y en silencio, como en un sueño

en el que cada vez se desvela un misterio.

 

Cuando tras el último respiro me pidan cuentas,

mostraré mis manos vacías

y las llagas que el día a día

ha ido dejando en mis manos.

5 comentarios:

  1. No tengo llegas, mi trabajo era blanco, pero me identifico con tu poema.
    Un abrazo.

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  2. Pero que bien escribes. Que fácil es formar imágenes a partir de tu textos. Un abrazo

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  3. Bello poema, sabes llegar.
    Un abrazo.

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  4. Satisfacción es lo que más debes sentir, de haber hecho las mejores elecciones, para ser el hombre tan íntegro que eres.
    Un abrazo.

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