Abducido por su colorido
y acrobáticas evoluciones
quiso fijar en su estancia
el pulular airoso de la
mariposa,
a la que había perseguido
sin conseguir otra
alternativa
que más de un traspiés.
También sentí esa abducción
cuando ella desabrochó
su sonrosada sonrisa panorámica
ante el pendular de su
trenza generosa.
Desde aquel instante,
quise mariposear
con ella y por ella para
siempre,
haciéndola mía a
perpetuidad.
Volvió pertrechado de
pértica con red
y con paciencia e
insistencia
robó al animalito sus
acrobacias
y colorido para siempre,
pinchada sobre un tablero
donde eternizaba su
hermosura.
En mi caso, ella siguió
evolucionando,
perdió la cinturita de
avispa,
se cortó el pelo en
numerosas ocasiones,
se dio tintes de una
escala diversa
y acabó en su natural
gris-plata,
tan atractiva o más
que con el pendular de su
joven trenza.
Abducido.
Gloriosa y permanentemente
abducido,
para vivir ambos una nueva
realidad.
Coitada da borboleta. Belo poema.
ResponderEliminar.
Cumprimentos poéticos
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Hermoso y romántico Francisco, una preciosidad de poema.Saludos
ResponderEliminarLa mariposa y el amor, ambos símbolos se complementan y nos inspiran a todos, amigo poeta. Muy bello.
ResponderEliminarMi abrazo admirado siempre, Francisco.