Me miro en tu
semblante,
en la nobleza de tu
frente sosegada,
en tus ojos de miel;
no puedo ver tu
boca,
pero la tengo
memorizada
y me sabe a besos;
tampoco puedo ver
tu nariz
a causa de la
mascarilla impuesta,
pero mi portentosa
memoria
te tiene escaneada
hasta lo minucioso.
Me mezo en el
oleaje gris de tu pelo
y sus destellos,
antes castaño
oscuro,
y me complazco
en ser por siempre
tu pertenencia.
De memoria se sabe uno los rasgos de la persona amada. Los que son, los que fueron y los que permanecen.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Evolucionan los cuerpos y también las miradas, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Pienso que no hay una mujer a la que le hayan dedicado más poemas que la tuya y todos a cual mejor. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Chelo, es lo poco que sé hacer con cierta torpeza.
EliminarUn abrazo.
Por vezes usar máscara até ajuda...pelo menos as pessoas menos bonitas, lol
ResponderEliminar.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Abraço
En estos momentos no hay más remedio que usarlas, Rykardo.
EliminarAbraço.
Hola Francisco. Todo está en la memoria. Así conocemos, conoces a la persona que amas, tu esposa, y el convivir de tantos años no se borra aunque no podamos ver la boca ni la nariz.
ResponderEliminarAbrazos
Por eso me da miedo que se me borre la memoria, como le sucede a un número considerable de personas mayores.
EliminarAbrazos.
Que agradable resulta saber que perteneces a alguien y que ese alguien también te pertenece a tí.
ResponderEliminarLa pertenencia es el don supremo del amor, Charo.
EliminarUn abrazo.
hasta con los ojos cerrados, podrías ver las facciones de esa mujer, a la que le entregastes todo tu amor.
ResponderEliminarBesos
Son ya muchos años, Antonia, tampoco hay en ello un mérito especial.
EliminarBesos.
Hermoso poema para la mujer amada, tu amor amigo Francisco es una mujer especial, musa de tus versos... Saludos.
ResponderEliminarEs cierto Sandra, vuelvo a ella en los versos una y otra vez.
EliminarUn abrazo.
Bonito poema, para una bonita mujer.
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