02 enero 2021

INFIERNO


Imaginé el infierno

como esos días tórridos y ocasionales

que de vez en cuando

nos regala un día extremo de verano,

pero el sudor acabó haciéndolo llevadero

y no era plenamente coincidente

con el concepto metal que me había formado.

 

Llegó el invierno con estilete de hielo

como el de estos días.

Y la montaña ensabanada

se me hizo más lejana e inaccesible,

como muy alejada de la vida;

entonces creí comprender

los tiritones del temido infierno.

 

Pasó la tormenta, como todo

es pasajero en la vida,

efímero y transitorio como el humo o la niebla,

y la nieve se hizo regatos

camino de los embalses;

entonces entendí que el infierno

es ese miedo que atenaza sin respuesta

hasta que uno se desembarace del miedo,

así de voluble es el estado anímico.

 

9 comentarios:

  1. Hay gente que vive su infierno particular en este mundo, injustamente, porque nada malo hicieron, solo vivir o malvivir. A veces, como bien señalas, tan solo es un estado anímico, pasajero, como todo en la vida.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Hay vidas que son un desgarro, Cayetano. Pero entre la normalidad, también el estado de ánimo nos inclina hacia un lado o el otro de la balanza.
      Un abrazo.

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  2. El invierno, igual que el cielo, lo llevamos dentro cada cual

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    1. No hay dudas, Tracy. Algunas personas son felices en circunstancias que otros no lo seríamos y viceversa.
      Un abrazo.

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  3. Hola Francisco. Cada día de la vida es un cielo o y un infierno. Yo ya no tengo miedo a nada, solo soy precavida y hago lo que dicen los expertos científicos y los médicos.
    A los políticos no les hago caso porque si no terminamos locos. Mi confianza esta en los científicos y en los sanitarios. Sigo, seguimos haciendo lo mismo que desde el mes de marzo.
    Abrazos

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    1. Ya vamos teniendo experiencia para no creer en ninguno de ellos. Y si echamos una mirada atrás, a los que ya dejaron sus cargos y cómo se han labrado un presente y futuro opíparo...
      Un fuerte abrazo.

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  4. Todos llevamos infierno y cielo dentro de uno... Saludos amigo.

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  5. Hay que vivir infiernos para valorar esas otras vivencias que nos acercan al cielo.Saludos

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