En la noche se
acentúan las dudas
y la oscuridad
favorece la incertidumbre;
por
eso, cuando te duermes,
es como una muerte
temporal
y me quedo
aguardando tu resurrección.
En el silencio, tu
respiración
es la musicalidad
del agua de tu caudal,
el lento deslizar
del tiempo
esperando que se
abran los cielos
y que la luz del
nuevo día
te devuelva a mí
con una sonrisa que
certifique
nuestro empeño en
la unicidad.
En medio de la
nada,
en esa oscuridad en
la que
hasta el tacto
tartamudea
me invaden los
fantasmas del miedo
y no permiten que
alumbre el milagro.
Que nazca el día
pronto,
que se salte los
protocolos de las horas,
las imaginarias
segunda y tercera,
que dé un brinco el
sol
y que cante el
gallo, que surta el milagro,
que yo vea
ratificada esta impaciencia
y pueda posar en
tus labios un beso
con el aroma y la
luz de la aurora.
El gallo hoy no sale, que en la meseta hace un frío que pela. Dice que anuncie el día tu tía, que en el gallinero huele mal pero se está a cobijo.
ResponderEliminarMe has recordado los tiempos de la mili. Qué malas eran esas imaginarias, la segunda y la tercera, que te partían el sueño por la mitad.
Un abrazo, Paco.
Te he recordado la mili, pero ¿qué crees que pasaba por mi cabeza al escribirlo?
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Que impaciencia porque termine la noche y poder dar ese beso tan deseado...eso es AMOR.Saludos
ResponderEliminarAsí son las cosas, Charo, aunque parezcan locura.
EliminarUn abrazo.
Francisco, tu poema es toda una metáfora de la "noche larga de pandemia" Cuántos meses esperando que se haga la luz y podamos librarnos del virus, cuánta esperanza, incertidumbre y miedo. Aún esperamos para darnos ese abrazo y ese beso que nos acerque a los demás y nos libere de la oscuridad.
ResponderEliminarMi abrazo admirado por tus buenas letras,amigo.
Y así cada día, enredando metáforas y siendo colmado con tus favorables comentarios que me dan alas. Muchísimas gracias, María Jesús, eres un grandísimo estímulo para mi acción creativa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Sí, que nazca el día pronto que estamos hartos de oscuridad.
ResponderEliminarLo malo es que amanece y no vemos la claridad sino todo cada día más embrollado: peleaban por el reparto de vacunas y ahora no las están poniendo sino que con cuentagotas.
EliminarUn abrazo.
Cuando deseamos que termine ya la noche nos invade la impaciencia y mas si es por dar un beso al amor que duerme a tu lado. Saludos amigo.
ResponderEliminarAsí es, Sandra, pura impaciencia.
EliminarUn abrazo.