Me he puesto a
contar estrellas
mientras tomaba el
sol
y la Alameda era un
hervidero
de veladores a
medio gas,
casi desolados;
algunos paseaban
sus perros
y otros paseaban su
soledad
por el brillante sol
de tanta oscuridad.
No había niños. La
escuela se disputa
el pastoreo de los pequeños,
salvo a las horas vespertinas
del paseo.
Este sol de
invierno es una estufa eficaz
que me convoca y conforta,
que desentumece las
articulaciones
y hace germinar los
verbos
en el barbecho del
medio día.
¡He perdido la
cuenta…! Ya no sé
el número de estrellas que había contado,
aunque intuyo que
tengo tarea acumulada.
Me gustaría salir a
contabilizarlas de noche,
pero quizás he
vuelto a la infancia
y me obligan a
recluirme al caer la tarde.
Me pregunto si
ellas me echarán de menos
como yo a ellas…
¡He perdido la cuenta,
vuelvo a contar de nuevo!
¿Contando estrellas mientras tomas el sol?, buen entretenimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entretenimiento no, Emilio, entrenamiento. Están ahí, donde siempre. Perdona el juego.
EliminarUn abrazo.
Yo soy incapaz de contar más de una cuando está el sol. Pero todo es cuestión de echarle imaginación a base de recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Tienes que entrenar más, Cayetano. Ya sabes que ellas están siempre, es cuestión de mirar con ojos de ciego.
EliminarUn abrazo.
havendo sol consegue-se contar estrelas?
ResponderEliminarA verdade é que a imaginação do poeta é fértil e, assim sendo, tudo é possível, poeticamente falando.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Cumprimentos poéticos
Es una licencia poética, Rykardo.
EliminarAbraço.
Por aquí llevamos días que no vemos el sol y los días son muy grises así que no se ven las estrellas.Yo prefiero verlas de noche y en verano con un cielo despejado donde se ven miles de ellas y es imposible contarlas. Al mirar el firmamento con tanta estrella nos muestra la infinidad y maravilla del universo.Saludos
ResponderEliminarTú como todos, Charo, pero a veces uno fabula, aunque sin mentir. Hace dos años subimos una noche de agosto al monte para sin contaminación lumínica ver las Perseidas. De repente vinieron unas nubes del poniente y nos impidieron ver las conocidas como "lágrimas de san Lorenzo".
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Muy curioso ver estrellas con el sol. A mí me ciega el sol :-) Se me ponen los ojos llorosos. Muy original, la mente tiene el poder que cada cual quiera imaginar. Por aquí hoy y ayer nublado, lloviznando y día muy gris.
ResponderEliminarAbrazos
Para mirar las estrellas de día no hace falta abrir los ojos, Isa. Aquí llovió ayer, pero hoy no, aunque si estuvo medio nublado.
EliminarUn abrazo.
Como no sea desde la azotea, no la vas a poder contar por la noche. Aunque no te recomiendo que subas a ella, ya que las noches son bastantes frías. Esto lo puedes dejar para el verano, que patece salir al relente de la noche.
ResponderEliminarBesos
Me dejo guiar por ti, Antonia, y ojalá pudiéramos verlas juntos este verano.
EliminarBesos.
Hace tanto tiempo que no veo las estrellas que creí que estaban confinadas en un mundo de oscuridades.
ResponderEliminarNo temas, las estrellas siguen donde siempre, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Francisco, estoy segura de que el sol se habrá ofendido de que estando fuera y calentando, te pongas a contar estrellas...No puedes ignorar a la mayor estrella. Todo puede ser que contaras estrellas andantes, que siempre las hay, je,je.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz finde,amigo.
Aunque no pueda verte, María Jesús, aunque estemos cada uno oculto en nuestros confinamientos personales, eres imagen imperecedera y contabilizada en mi haber. Todo mi cariño.
EliminarUn fuerte abrazo.
Lindo poema amigo Francisco, contar estrellas es un buen ejercicio,.... Saludos.
ResponderEliminarY es este caso, a pleno día, muy imaginativo.
EliminarUn abrazo.